La convivencia es una quimera, busquemos la "soportancia"

Compartir la vida con otras personas es una tarea dura cuyo final es desastroso salvo en contadas excepciones.
No podemos plantearnos convivir con nadie. Hace tiempo cuando había menos densidad de población la convivencia era mucho más fácil porque no existía. El vecino más cercano lo tenías como mínimo a diez metros más de lo que fueras capaz de lanzarle  (flechas, piedras, escupitajos), pero desde que se inventó el hacinamiento en ciudades la cosa no ha hecho nada más que empeorar.No podemos plantearnos la convivencia con personas con distintas costumbres y aspecto, cuandono somos capaces de convivir con nuestra propia familia. El casado casa quiere, y es una gran verdad. Cualquiera en cuanto pueda pone distancia con la familia para evitar conflictos. Es mucho mejor alejarse y discutir sólo cuando la familia se reune en navidades. Y no sólo con nuestra propia familia,la cosa no es mucho mejor con la pareja que nosotros mismos hemos escogido para compartirlo todo,tanto es así que al respecto ya existe el dicho popular:La convivencia es un asco.Aún así hay que buscar algún modo de hacer la vida menos complicada, de procurar soportarnos, de ahí lasoportanciade la que hablo.Y eso sólo depende de lo que estemos dispuestos a renunciar. Si queremos vivir soportando al vecino, al que piensa de forma diferente, al que viene de un lugar más allá de los quince kilómetros a los que nos alcanza nuestras cortas miras, debemos renunciar a parte de nuestras costumbres. Yesta renuncia debe ser mutua.La convivencia choca frontalmente con el mezquino ego que todos llevamos dentro. Eso que nos hace distintos de todos los demás y que grita clamando su espacio. Cuanto más logremos recortar ese pequeño dictador más fácil nos resultará convivir (o soportarnos) y si logramos arrancarnoslo seremos unos vegetales estupendos que podremos exisitir cual lechuga, rodeados de otras lechugas.La humanidad camina sin pausa hacia el mestizaje. Cuando se haya alcanzado la uniformidad cultural, racial, ideológica, la convivencia seguirá siendo imposible y se tendrán que renunciar a otras cosas para conseguir soportar al que tose de forma extraña, el que sorbe las sopa o al que duerme siete segundos menos que tú.keagustitomekedao