Alaska, 5 de abril de 2012,
La crisis económica como una oportunidad para los servicios sociales. Ya he leído y oído bastante. Ahora voy a decirte qué opino. No voy a hablar aquí de las personas que los utilizan, de si la crisis es una oportunidad o no para ellas. Ya te he hablé de este tema en el 2008, aquí donde te escribo. Ya sabes qué pienso. Quiero hablarte de los servicios sociales y de los profesionales que trabajamos en ellos. Yo digo que no, que no es ninguna oportunidad. Y para justificarlo voy a discutir los tres argumentos principales de los que creen que sí que lo es.Ahí va:
Uno de los argumentos a favor es el de que, en época de bonanza, se gastó mucho y mal. Así que la crisis económica va bien para racionalizar el gasto y acabar con los supuestos derroches pasados. Sí, en efecto, te suena este argumento, es un corta y pega que lo mismo sirve pa un roto que pa un descosío. Pues no señor. Nanai de la china. Que en España se tiraba, hace solo unos añitos, mucho dinero, particular y público, es indiscutible. Desde ciudadanos que se creyeron nuevos ricos hasta una administración irresponsable que construía aeropuertos fantasmas y forums megalomaniacos. Aún lo siguió haciendo en plena crisis, rescatando con nuestro dinero a bancos que habrían merecido hundirse en la miseria.
Pero que cada cual aguante su vela. Los servicios sociales, señores tecnócratas que hablan de ellos sin conocerlos, han vivido siempre en la más absoluta austeridad, ahora y en la época chiripitifláutica del tocho. Nos hemos tenido que batir el cobre argumentando cada euro que pedíamos a los ayuntamientos en ayudas para las familias (no me quejo, es nuestra obligación justificar cada peseta, solo lo aclaro). Eso por no hablar de las condiciones en las que hasta hace muy poco muchos profesionales trabajaban (algunos todavía lo hacen), desde despachos indignos hasta sueldos de risa. Recientes estudios refuerzan lo que te digo: en general, estamos a la cola de Europa en el gasto en servicios sociales.
¿Que hace falta mejorar la gestión de los servicios? Por supuesto, ahora y antes de la crisis. Empezando por eliminar administraciones públicas que tienen funciones calcadas, políticos y cargos intermedios poco justificados o estructuras piramidales y excesivamente burocratizadas. Pero en cuanto a los recursos de los servicios sociales que finalmente llegan a los ciudadanos no nos hablen de apretarnos el cinturón. A los profesionales de los servicios sociales de base no nos ha hecho falta ninguna crisis para saber que no se puede malgastar el dinero público. No me hablen de austeridad, que tengo un master.
Curiosamente este argumento sirve también como corolario del segundo. Un argumento en si mismo un poco perverso. Si se malgastó en el pasado, dice el tecnócrata y el político, los recortes en materia de servicios sociales se justifican solos. Es este un argumento que me cabrea especialmente. Siempre me ha parecido más honesto reconocer que se recorta porque simplemente el gobierno, estatal o regional, no tiene dinero. Así, sin vaselina. Ok, oído cocina, ya nos ajustaremos lo que haga falta. Pero justificar el recorte en materia de ayudas a las personas más necesitadas, con argumentos como el fraude o el despilfarro anterior, me parece muy obsceno y una falta de respeto a los profesionales que técnicamente demuestran la necesidad de esas ayudas. En Cataluña tenemos un caso paradigmático: el de la RMI (renta mínima de inserción), más conocida como PIRMI. Una ayuda económica que tiene que servir para mantener a flote a las familias más necesitadas y que está sufriendo, nunca mejor dicho, periodos de demora insoportables. Uno de los argumentos de la Generalitat respecto a la RMI ha sido el de un supuesto fraude en el cobro de esta ayuda del que no se ha dado ni un dato hasta el dia de hoy. Vaselina.
El tercer argumento tiene su miga. Tiene tanta que hasta yo me habré visto defendiéndolo antes que ahora unas cuantas veces. Verás. Ese argumento dice, más o menos, que si los profesionales de los servicios sociales no tenemos que gestionar tantas ayudas económicas, porque no hay dinero, podremos dejar de lado nuestra vena asistencialista, que nos persigue desde tiempos inmemoriales, y nos podremos ocupar del trabajo socioeducativo, que es para el que nos hemos formado. Ummm. No está mal. Algo parecido escribía yo hace unos diez años, en un antiguo diario en el que advertía de nuestra vuelta al asistencialismo. Ya apuntaba entonces que no estaba siendo buena idea asumir tareas que podían gestionarse administrativamente.
Pero sigue leyendo, porque este argumento tiene trampa: Una cosa es desprenderse de las ayudas económicas porque se consiga que la gestión de esas ayudas las haga otro profesional u otro departamento y otra muy distinta es que sigamos teniendo la responsabilidad de esa gestión pero la eludamos argumentando falta de dinero de la administración. De acuerdo, es complicado de entender. Los educadores somos complicados. Te lo explico de otra forma. Yo, querido lector, estaría encantado de dejar de gestionar algunas becas o algunos trámites que podrían gestionarse por otros profesionales técnicamente más preparados para el trabajo administrativo. Así podría ocuparme cien por cien del trabajo educativo con personas, desde entrevistas individuales a proyectos comunitarios, que es lo mío. Pero hasta que eso no ocurra, es decir, hasta que la gestión de esas ayudas dependa de mi servicio no puedo mirar para otro lado. Es más, mientras que sea responsabilidad mía tengo que seguir haciendo informes que hagan visible la precaria situación de muchas familias. Y todavía más: me parece pertinente que dediquemos más esfuerzos a recordar a la administración que no puede dejar a su suerte a sus ciudadanos más vulnerables. La labor de denuncia, que no de queja, resulta más imprescindible que nunca.
Porque te estoy hablando, por si no te habías enterado hasta ahora, de que un niño tenga los libros del cole, o de que se garanticen los mínimos vitales de una familia. Ya me dirás tú, sin esos previos, donde voy yo con mi pedagogía.
Feliz semana santa.
@serasanchez
PD #teatro:Te recuerdo que volvemos a reponer Alaska 2099, la segunda parte de Educador social en Alaska, el próximo viernes 13 de abril, en la sala Almazen, en Barcelona, a las 21h.
http://factorialossanchez.blogspot.com