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La Cubafobia

Publicado el 20 mayo 2013 por Yusnaby Pérez @yusnaby

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Texto en: English / Português

En la teoría, el socialismo nos invita a disfrutar de la igualdad y los derechos sociales, pero la realidad y lo que está escrito en nuestras leyes se encuentran en un punto grave de incoherencia. Recientemente el gobierno de Cuba le ha dicho al mundo lo “bien” que se respetan los Derechos Humanos, al parecer nuestro canciller Bruno Rodríguez no está actualizado de la mayor violación que ocurre: “La Cubafobia”

Ser cubano en Cuba automáticamente te coloca en una segunda categoría, dándole prioridad a todo ser habitante del universo que en su pasaporte no diga “País de Nacimiento: Cuba”. Les cuento una anécdota que me ocurrió hace una semana. Iba caminando por la calle 23 en Vedado con cuatro amigos, de ellos tres extranjeros (español, italiano y ruso) y un cubano. Cuando pasamos frente a Coppelia un policía detuvo a mi amigo Jesús (que se le notaba por encima de la ropa que era cubano) para pedirle identificación; dejándonos a nosotros cuatro apartados porque como hablábamos en inglés el policía “entendió” que éramos “extranjeros”. En eso escucho que el oficial le pregunta a Jesús: “¿Eres tú el único cubano?” y automáticamente éste me señala y me pide el carnet de identidad.

En eso, el policía comenzó a “tirarnos por la planta” para comprobar nuestros antecedentes penales. Primero me comprobaron a mí y estaba limpio, luego a Jesús y limpio también; pero él es de Cienfuegos. “¿Qué haces en La Habana?” Le preguntó el policía a mi amigo. Me asombré al escuchar la cantidad de mentiras y excusas que dijo Jesús (“soy maestro emergente del grupo Fidel Castro”) para que el oficial no lo arrestara y lo deportara a su provincia. Luego al ver que no teníamos intención de darle un centavo nos dejó ir. Primero: ¿Por qué detienen e interrogan solamente a los cubanos? ¿Por qué el cubano que camina por la calle con un extranjero es acusado de “acoso al turismo”? ¿Por qué un cienfueguero no puede circular libremente por la capital de su país? Es denigrante que el cubano por el simple hecho de ser cubano no tenga libertad de moverse libre por el país, ni derecho de reunirse y caminar por la calle con quien quiera.

IMG_5483Todos sabemos las excusas que nos pone el gobierno cubano para limitarnos el acceso a Internet: (“no existe infraestructura para darle servicio al pueblo”). Recientemente ETECSA está lanzando una campaña INTERNACIONAL invitando a que todo extranjero que venga a Cuba traiga su teléfono móvil y así disfrutar de sus facilidades además de SERVICIO DE DATOS (INTERNET). La promoción dice así: “Cubacel amplía sus acuerdos de Roaming Internacional y en particular, sus servicios de Datos. DISFRUTA EN CUBA DE ESTOS SERVICIOS”. Exacto, no existe infraestructura para el pueblo cubano, pero para los extranjeros sí. ¿En qué se diferencia la tecnología de conexión a internet que utiliza un cubano a la de un peruano, o suizo o mongolés de visita en Cuba? ¿Acaso nuestro nivel cultural “tan bajo” no nos permite darnos cuenta que nos limitan internet por miedo a que tengamos acceso a la información? Si ETECSA le brinda internet GPRS a todo ser humano que traiga su celular del extranjero… ¿Por qué le prohíbe el mismo servicio a sus millones de clientes cubanos? Está claro que no es un problema tecnológico sino prohibitivo que limita solamente a los cubanos.

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Nuestro presidente “reformista” Raúl Castro junto con su Partido Comunista se aplauden ellos mismos por los “logros” que han realizado en los últimos años. Uno de ellos es “el acceso libre de los cubanos a los hoteles y servicios turísticos”. Ahora es cierto que los cubanos pueden hospedarse en los hoteles, pero apartando el “¿de dónde sacamos el dinero?” aún quedan prohibiciones que atentan contra nuestros derechos. Algunas agencias de paquetes turísticos como Cubanacán (la que pongo en la foto) ofrecen excursiones exclusivas para “no cubanos”. Por ejemplo, ningún cubano puede ir al Safari Cayo Blanco en Varadero, ni disfrutar de una aventura en bote, ni bañarse con delfines, ni entretenerse con la pesca de altura, ni ninguna actividad que requiera el “uso” de alguna embarcación para su realización. Cualquier habitante del Planeta Tierra que su pasaporte diga “cubano” está embarcado, y no literalmente. Ningún cubano por la única razón de ser cubano puede montar embarcaciones turísticas en Cuba. Lo curioso es que esta medida no aparece reflejada en ninguna ley, simplemente es una orden de “arriba” que nos discrimina. ¿Alguien le dijo al compañero Bruno Rodríguez que las discriminaciones por nacionalidad son una principal violación a los Derechos Humanos? Dicen que esta medida existe para que el cubano no se robe la embarcación (aunque sea un catamarán) y se vaya ilegalmente a los Estados Unidos. Se limpian las manos echándole la culpa al bloqueo y a la ley de ajuste cubano, pero la realidad es que están violando nuestra moralidad, nuestros principios. ¿Cómo es posible que nuestro gobierno socialista nos discrimine deshonrosamente así en nuestro propio territorio?

Hace un tiempo les hablé por Twitter de TELECABLE. TELECABLE es una empresa cubana que como dice su nombre es la encargada de brindar un servicio cableado de televisión en Cuba. Su medio consiste en la utilización de un cable coaxial para dotar de “cadenas de televisión extranjeras” a hoteles, sitios estatales de interés y extranjeros residentes en Cuba. En su parrilla de canales se encuentran Telesur, CNN, Discovery Channel, HBO, Showtime, A&E, VH1, ESPN, Ritmosón Latino, TVE, TV5, DW, Rai Italia y algunos otros incluyendo varios canales chinos. Por supuesto, sin contar a Telesur, Cuba no tiene licencia para distribuir esos canales. TELECABLE capta estas señales del satélite (DirecTV, Sky México, ShawDirect Canada, Hispasat…) y luego las comercializa ilegalmente mediante el cable analógico con su extendida red en el país. Creo que ya se imaginan lo que les voy a decir: ningún cubano por el simple hecho de ser cubano cuenta con el derecho de disfrutar de las señales de TELECABLE. Cualquier extranjero en Cuba puede contratar libremente este servicio estatal, mientras que los cubanos somos privados en nuestro propio país de este derecho. ¿Es por miedo a que veamos CNN? ¿Pensarán que nuestro coeficiente de inteligencia es “demasiado alto” o “demasiado bajo” para consumir esta televisión? Si el gobierno cubano lucra con señales “robadas” y suscita la “piratería”, ¿por qué persigue, multa y hasta encarcela a todo cubano que en su casa instala una antena parabólica para su disfrute personal? A cualquier extranjero le autorizan la contratación de TELECABLE o le otorgan una licencia para usar el “espacio radioeléctrico cubano” con cualquier antena parabólica; pero nuevamente, el cubano por el simple hecho de ser cubano es limitado a todo derecho inherente al acceso a la televisión e información extranjera en nuestro propio país.

El gobierno cubano ha diseñado su estrategia económica y por supuesto ha aislado a sus ciudadanos. Primeramente, circulan dos monedas; una a la que tiene acceso el cubano (con la cual no se puede adquirir casi nada) y otra el “extranjero” (con la que se puede comprar todo). Nuestro mercado está perfilado hacia el recibimiento de empresas extranjeras y su correspondiente legalización en Cuba; sin embargo ningún cubano tiene derecho de crear su propia empresa en el país. Los profesionales universitarios cubanos (médicos, arquitectos…)  no pueden ejercer su profesión de forma privada (cuentapropista). ¿Por qué un cubano necesita de moneda extranjera para comprar alimentos en su propio país? ¿Por qué el impuesto para la confección del pasaporte lo cobran con una moneda a la que el pueblo no tiene acceso? ¿Algún extranjero viene a Cuba a confeccionarse un pasaporte cubano? ¿Por qué nos cobran en pesos convertibles la mayoría de necesidades básicas? Con esta dualidad monetaria el estado cubano está separando nuestras prioridades, haciéndolas menos “importantes” que las de los “extranjeros”; limitándonos la igualdad de derechos y excluyéndonos de ser partícipes activos de nuestra economía. El gobierno socialista de Cuba se ha divorciado de los cubanos creando un mercado con diferencias de oportunidades, dándole prioridad al internacional, y mientras, el pueblo cubano se tiene que resignar con las prohibiciones, atrasos y desventajas implantadas para frenar de este modo nuestro crecimiento económico.

Si eres cubano y regresas de viaje del extranjero, la aduana en el aeropuerto te envía a las pesas. Ponen tus maletas en un carrito y calculan el peso de todo tu equipaje. El cubano que se pase de 30 kilogramos (aunque la aerolínea con la que viajó le haya autorizado cualquier peso superior) está obligado a pagar el peso adicional a las autoridades cubanas. Esto le ocurre sólo a los cubanos, ningún extranjero es pesado ni multado por sobrepeso en nuestro territorio. Así que mi querida Yoani, cuando vengas a Cuba recuerda moderar tu equipaje porque te harán la vida un yogurt por ser cubana. Así mismo les extiendo mi consejo a mis otros compatriotas que están repartiendo la verdad cubana por el mundo. ¡Moderen su equipaje porque los obligarán a pagar muchísimo cuando pasen la aduana! ¡Escondan su pasaporte que dice “República de Cuba”!

Si un cubano de la isla entra por ejemplo al Hotel Nacional (por la razón que sea) el guardia de seguridad pregunta: “¿A dónde vas?”, si lo hace un turista bien sea Posada Carriles el mismo guardia le dice: “Adelante señor”. Puede que luego digan que puso una bomba, que es malo, que es terrorista, imperialista, yanqui, etc… pero le dejaron entrar “cariñosamente” mientras que al cubano de a pie lo humillan haciéndole miles de preguntas infamantes para dejarle poner un pie dentro.

¿Conocen el hospital Cira García? Es un hospital muy bonito, limpio, climatizado, con buen servicio y tiene doctores con gran experiencia. Goza de toda tecnología necesaria para cualquier tratamiento médico. Siempre hay disponibilidad y buena atención a la hora que vayas y además cuenta con una farmacia internacional que no carece de ningún medicamento. Sus baños impecablemente huelen a cloro y con cierta periodicidad pasa alguna chica limpiando los suelos de sus pasillos. ¿He olvidado algo? Sí, es un hospital exclusivo para extranjeros. Ningún cubano (y perdonen si lo repito tanto) por el simple hecho de ser cubano puede atenderse en ese sitio. Estamos obligados a atendernos en los hospitales donde el churre y el deterioro llegan al cuello, donde las ratas pasean a su antojo, donde los pacientes entran enfermos y salen más enfermos, donde un turno para exámenes de rayos x te lo posponen hasta seis meses. Aunque tengamos el dinero para pagarlo, si somos cubanos jamás podremos legalmente atendernos en el Cira García, sin embargo, por 20 cuc detrás del tapete te hacen una buena limpieza bucal, y por 40 cuc que le des a la enfermera te hace el examen de Rayos X que en el resto de hospitales te obligan a esperar. Si señores, hasta para obtener un buen servicio de salud somos diferenciados en nuestro propio país.

Para acceder a una universidad como la CUJAE, el cubano además de pasar por todo un proceso de “verificación de la integridad revolucionaria” tiene que someterse a difíciles exámenes de ingreso. Algunas carreras requieren pruebas dificilísimas de Matemática, Español e Historia de Cuba contra un bajo número de plazas. Existen estudiantes cubanos que aprobando los exámenes con buenas notas se quedan sin la posibilidad de acceder a alguna carrera de la enseñanza superior universitaria. Para los extranjeros que deciden estudiar en esta universidad, sólo se les requiere “Certificado de Bachillerato” y “Examen médico”; así tienen libre acceso a estudiar cualquier carrera universitaria en Cuba. Claro, ellos pagan, el cubano no; y aunque hipotéticamente tuviésemos el capital para pagarlo no podríamos acceder a los beneficios que el dinero les da a los estudiantes extranjeros en nuestras universidades. Luego de graduarnos los cubanos somos obligados a trabajar dos años de servicio social con un mísero salario y con restricciones para salir del país; y de esta forma pagarle al estado cubano su “gratuita” educación. Sobre este tema estoy escribiendo ahora en mi libro pues he sufrido en carne propia las rebuscadas restricciones que nos afectan a los egresados de la enseñanza superior.

El cubano cargará siempre con la cruz de “ser cubano”, con el pasaporte azul del escudo dorado que necesitará sin pretextos para entrar a Cuba aunque tenga ciudadanía en la luna. El gobierno cubano odia al cubano, lo discrimina, lo humilla, lo infravalora, subestima su nivel cultural, lo maltrata, lo prohíbe, le restringe, le niega derechos por su única condición de ser cubano. Lo más alarmante es que el régimen que se autodenomina “revolucionario” ha logrado que el propio cubano odie a su semejante, que deteste “el cubaneo”, que prefiera y sueñe con ir a un sitio lleno de extranjeros antes que a otro con igualdad de condiciones pero con cubanos. Fidel nos enseñó que las langostas y los camarones son sólo para los turistas. ¡Cuidado si la presidenta del CDR se entera que tienes estos productos en el congelador de tu casa! Hoy el régimen le vende todo el pescado nacional al Reino Unido abasteciendo únicamente con claria nuestros mercados.

¿Recuerdan cuando el cubano era un delincuente por poseer dólares? Esto no ha mejorado con el gobierno de Raúl. La fobia hacia el ciudadano de a pie se ha extrapolado a nuestra idiosincrasia llegando a ser lamentable. La Cubafobia se ve en el desprecio que siente el camarero de un restaurante estatal al ver que su cliente es cubano, o cuando un oficial llama “señor” a un extranjero y “compañero” a un nacional. Se ve en la mala actitud y atención de un funcionario público cubano y en la cara de la madre que le dice a su hijo(a) que salga a la calle a buscarse un(a) turista que le resuelva la vida. Se ve en disímiles ejemplos del día a día, pero el lado más triste y oscuro de la Cubafobia es cuando un niño cubano te dice que cuando sea grande quiere ser extranjero.


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