Revista Talentos
Estropajos de aluminio, piedra pómez… todo lo había probado, pero no pudo hacer desaparecer la mancha que tenía en el cara. "Hay culpas que ni el fuego puede eliminar", le dijo el cirujano plástico quien, después de estudiar detenidamente su caso, rendido, no pudo hacer más que recomendarle un burka.