Tres días trastornaron la tranquilidad bucólica de la que goza la ciudad del valle. Tres días de cerrar calles y algún puente, a cargo de la policía para complicar aún más la vida a los ciudadanos. Tres días gozaron de maravilla los turistas políticos, autodenominados movimientos sociales, un ejército de vagos organizados en sindicatos que trabajan haciéndole campaña al gobierno y, sobre todo, al excelentísimo señor de las nubes, hijo de la Madre Tierra, sumo sacerdote del arcoíris y líder de todos los pisoteados del planeta, incluyendo los caracoles y la coca. Tres días de agitar banderitas multicolores- y más variopintas que en un mundial de fútbol- entre reuniones, conferencias, cenas, y otros agasajos oficiales.
El pobre hotel no daba abasto, pobre por estar rebalsado por la fauna política que se dio cita. De lo demás, nada, pues fue el mismo establecimiento cinco estrellas en el que hace unas semanas se encontraron los amigos bolivarianos de la Unasur. Esta vez tocaba a los jefes y jefecitos de los sindicatos aliados del gobierno, y para que pareciera internacional el asunto, invitaron a colegas, igual de holgazanes y mangueros, de otros 18 países, incluyendo a representantes de aquellos países europeos que osaron tocar la divinidad de Su Excelencia, quienes pidieron perdón casi de rodillas según denotaban sus discursos. Individuos notables, acostumbrados a deslumbrar con su sencillez que avergonzaría al mismísimo Gandhi y a vociferar en nombre de los desarrapados, sin embargo, no pusieron objeción a que fueran alojados en uno de los hoteles más lujosos de Cochabamba, con cena y tragos incluidos, no pagados por sus amigos izquierdosos locales, sino por todo el pueblo boliviano. Antes de esto no me había quedado claro aquello de la izquierda caviar.
Como decía, desde el día miércoles, los salones magníficos del hotel con porcelanatos tipo mármol pero acondicionados con sillas baratas de plástico, se fueron llenando hasta decir basta. A su tiempo, el vicepresidente, a nombre de Evo, quien se encontraba otra vez en Ecuador, gozando de las atenciones de su amigo Correa, inauguraba el evento mientras soltaba un discurso alentador que incluso dio nueva vida a los arreglos florales que decoraban las testeras. Recordando sus tiempos de colegial enamorado, se dio modos para disparar un poema chillouto new age, como quieran, afirmando “este es un encuentro para soñar con un mundo distinto, este es un encuentro que levanta la bandera de la esperanza, de la unidad de los pobres del mundo, de una sociedad que no sea capitalista, imperialista, colonialista y en la que podamos vivir todos de manera digna, fraterna y armoniosa con la Madre Tierra". Al unísono llovieron los aplausos de los comedidos allí citados, perdón, que quise decir invitados, llamados a desentrañar asuntos graves y urgentísimos por el bien del planeta.
La Evolatría da mucho trabajo a diseñadores gráficos (larazon.com)
Estos fueron los vibrantes temas que se pusieron a discusión sobre el tapate, u organización de mesas de trabajo, como ellos gustan llamar:
1) Soberanía política con el debate del peligro de la OTAN para América Latina.
2) Soberanía económica con el tema de la nueva estrategia neoliberal de la Alianza del Pacifico.
3) Soberanía territorial con descolonización y antiimperialismo.
4) Tratados y convenios internacionales sobre derechos humanos.
5) Espionaje imperialista para dominar a los pueblos.
Caramba, dada la gravedad de los hechos, inmediatamente corrí a esconderme debajo de mi cama, atemorizado por la posibilidad de una invasión de la puñetera OTAN a las llanuras fértiles de la América tropical. Más asustado me quedé cuando supe que Colombia, Perú y Chile se han aliado para comerciar seriamente con potencias del Asia, mientras nosotros emprendemos el camino chistoso de llevar camisetas playeras a Cuba y Venezuela y algo de papel sanitario como yapa. Y aplaudí entusiasta desde mi sofá carmesí por la gesta heroica que nuestro gobierno está emprendiendo en nombre de la dignidad, sin importarme tanto que en el papel se quiera destruir al nefasto imperio del norte, mientras en los hechos, estemos corriendo a comprarle trigo para elaborar nuestro pan plurinacional, con harina yanqui y manteca argentina, ¡muy plurinacional, a que sí! Y eso que sus escribanos siguen con la muletilla cansina de la “soberanía alimentaria” que solo se traduce en seguir sembrando cizaña contra medio mundo.
Y sí, por enésima vez discutieron el asunto del bloqueo aéreo contra S. E., haciendo un recuento con puntos y comas, con lupa y lectura a la luz ultravioleta incluso, de los tratados internacionales que se violaron, incluyendo el no haberle rendido suficiente pleitesía a su sacra investidura, ni las urgentes reparaciones que exigía. Se ha hablado tanto- tanto-que ya no puedo más, del Falcon Millonario que se cree que será pieza de museo cuando se jubile, disputando el sitial a otras aeronaves gloriosas como el Espíritu de San Luis de Lindbergh, el Enola Gay, y quién sabe, superando el mito de la desaparecida Amelia Earhart. Fue tal la hazaña de S. E. - su indomable resistencia de permanecer sentado trece horas en un atemperado aeropuerto- que los incesantes homenajes le quedan chicos, quizá es menester concederle el Cóndor de los Andes por altos servicios a la patria. Si se condecoró a unos pobres reclutas por traspasar la frontera chilena, es hora de reconocerle a él por la sacrificada lucha que ha emprendido contra todas las plagas de la humanidad. ¡Qué país de ingratos, somos!
Así de chula y colorida resultó la Cumbre antiimperialista, anticolonialista y anticaspa (por su aversión al agua de colonia y al champú, del que hacen gala todos los marxistas trasnochados del mundo), cuya resolución más notable fue el haber otorgado de una maldita vez a Evo, el título rimbombante de “líder mundial contra el imperialismo”, además de convenir que el 2 de agosto debe ser recordado como el “Día internacional contra el imperialismo”. Semejante movimiento logístico, -con helicóptero dando rondas el acto de clausura para mayor solemnidad- ha superado con creces a la Cumbre antipollo y anticocacola que se efectuó dos años atrás en la misma paradisíaca ciudad de Cochabamba, la nueva Meca de todos los guerreros multiusos: entre los miles de simpatizantes convocados había guerreros de poncho rojo, mineros de torva mirada con sus respectivos cascos, cocaleros con su infaltable carrillo inflado, obreros petroleros con uniforme jean y casco, hippies con pinta de mariguaneros, y cholitas risueñas con sombrero español. Por ahí divisé unos simpáticos carteles con la leyenda “Peronistas de Base” y “Capítulo chileno de movimientos sociales”. Otro valiente portaba una pancarta con la leyenda “Evo premio Nobel de la Paz”. Más allá se podía divisar otro grupo de sindicatos, a cada cual con nombre más pintoresco, como el antológico, “Asociación de médicos tradicionales, naturistas y parteras de Bolivia”. Todos, pero todos, portando pasacalles de tela con el apelativo de sus asociaciones, que es importantísimo hacerse notar, que si no, la policía sindical toma debida nota de los faltones.
Encandilando a las masas (foto: larazon.com)
Así, nadie se extraña de que la multitud se haya conglomerado este viernes al mediodía para cerrar el acontecimiento, con sol achicharrante sobre el asfalto. Claro, la masa reunida y obligada a esperar desde las diez de la mañana en la principal vía de salida a las ciudades del occidente, mientras los jerarcas departían contentos en la tarima instalada sobre un viaducto. Entre discursos, cuyo largo saludo a los “hermanas y hermanas” y demás dignidades invitadas aburría hasta a los heladeros ambulantes que hacían su agosto; se intercalaban grupos de música local para amenizar el evento y calmar el dolor de pies. Ay, qué larga fue la espera a que llegara S.E. como caído del cielo. Finalmente llegó, miró, habló, y se largó rumbo a Santa Cruz, después de una hora de despotricar contra todos sus enemigos. A eso de las tres de la tarde, las hordas empezaron a abandonar el sitio, dejando tras de sí ingentes cantidades de basura que desmiente el cansino discurso ecologista de sus profetas.Y ustedes se preguntarán cuánto costó el circo. Según cifras oficiales, 5.5 millones de Bs, aproximadamente unos 800.000 dólares. Hagamos cuentas: solo el viaje épico a Rusia de una reducida comitiva significó la misma cifra. No hace falta ser ministro de Economía para hacerse una idea de cuánto realmente se sangró al erario nacional: imagínense movilizar a 1.500 policías, contratar a decenas de buses para traer gente de las provincias y de otras regiones, amén de dar alojamiento y estadía a 1.200 delegados extranjeros, según estimaciones del mismo gobierno. Todo eso multiplicado por tres días que duró la jarana con tintes ideológicos. Por lo menos un millón de dólares, siendo pesimistas. Ay, cuántos hospitales se hubiese equipado con unidades de hemodiálisis que hacen tanta falta, por poner un ejemplo. En fin, todo sea porque Evo el Austero siga haciendo historia.