La dirección por objetivos… ¿estamos errando el camino?

Llevo días demorando esta entrada… no por nada en particular, sólo el lío del día a día que haces que vayas dejando cosas para mañana. Me dedicaba a apuntar ideas, ordenarlas, pensar cómo iba a escribirlo… Pero una vez más, el maestro Máñez me ha dado el empujoncito que me faltaba con su genial entrada de ayer.

Con esta entrada no pretendo sentar ninguna cátedra ni herir sensibilidades. Al fin y al cabo soy un recién llegado a la gestión y no tengo tanta experiencia como los que gestaron el sistema en el que nos encontramos inmersos… pero puede que eso sea algo a tener en cuenta, ¿no? La opinión del que viene de fuera y no está “contaminado” por la costumbre y por el: “Es que eso es así”.

Comencemos.

En estos días estamos terminando con la evaluación de 2010 en nuestros centros (al menos en el mío). Esto ha llegado a continuación de otro periodo no menos largo (y estresante) en el que se negociaron los objetivos de 2011. Realmente ha sido un periodo extenuante para todos, con no pocas tensiones internas. La mayoría han quedado resueltas sin mayores problemas… otras han podido dejar una huella que podría ponerse de manifiesto en un futuro.

Durante todo este tiempo, he estado dándoles vueltas a una idea… ¿nos estamos equivocando en algo? ¿Es este el camino correcto? Tras mucho rumiar ideas mientras estaba en el gimnasio, hablaba (más bien me desahogaba) con compañeros y amigos, hay varias consideraciones que me gustaría compartir con vosotr@s al respecto de la dirección por objetivos.

Creo que algo no va bien cuando la Medicina se está convirtiendo en una carrera por los objetivos y por los beneficios económicos que estos pueden generar.

¿Es posible que de este modo puedan llegar a ponerse los objetivos por delante de las personas? ¿Que nos convirtamos en inhumanos mercenarios muy lejos de esa idea del Médico Vocacional que nos llevo a tantos años de estudio y sacrificio?

Seguramente el origen y esencia de la dirección por objetivos son buenos… o lo eran, porque me da la sensación de que el concepto se ha prostituido un poco y que ha perdido su rumbo inicial. ¿En qué sentido? Pondré algunos ejemplos:

• Objetivos fáciles de conseguir. Que en muchas ocasiones consisten en una reunión en la que se plasman buenas intenciones en un papel.
• Objetivos sin ninguna orientación a resultados en salud. Entiendo que medir resultados en salud puede resultar complicado… ¿o no?
• Acuerdos con demasiados objetivos. En mi opinión, esto sólo dispersa los esfuerzos… yo creo que sería mejor pensar en los 3 problemas de salud más importantes que tiene un servicio y poner sólo 3 objetivos orientados a solventarlos.
• Agraviante simetría entre los objetivos. Me refiero a la equivocada política del “¡café para todos!” que tan bien viene para evitar problemas… al menos en apariencia. No quiero hacer comparaciones ni molestar a nadie poniendo ejemplos concretos, pero… ¿son todos los servicios iguales a la hora de conseguir los objetivos? ¿Vale lo mismo un 6 en un servicio que atiende a miles de pacientes de alta complejidad que en un servicio más pequeño? ¿Se debe castigar a buenos servicios que se plantean objetivos realistas y difíciles de conseguir frente a servicios que se plantean objetivos ya conseguidos con la única intención de asegurarse un 10? Y que conste que soy consciente de que las principales responsables de esto son las Direcciones, que no deberían permitirlo.
• Objetivos contradictorios interservicios. Clama al cielo cuando te das cuenta de que el objetivo de un servicio no es acorde (por decirlo de alguna manera) con el de otro y esto causa tensiones diarias entre los mismos.
• Objetivos contradictorios interniveles. Por no hablar de las diferencias y agravios entre Atención Primaria y Hospitales… parece que algunos objetivos los echan a pelear, más que ayudarlos a trabajar juntos.
• Objetivos interprofesionales. Soy un convencido del papel primordial de la Enfermería en nuestro sistema sanitario y pienso que debería tener mucho más protagonismo del que tiene. Pero creo que a la hora de plasmarlo en los acuerdos de gestión no lo hacemos de la mejor manera. ¿Es necesario que Enfermería cuente con un cupo de objetivos diferenciados por qué sí? Quiero decir, ¿no deberían ser objetivos de TODA la unidad? A veces te encuentras jefes de servicio que no colaboran para nada con los objetivos de Enfermería, ni siquiera son conscientes de ellos. ¿Deberíamos permitir esto? Muchas veces da la sensación de que ambos colectivos van por separado, cada uno pensando en sus objetivos. Y pienso que la culpable de esto ha sido una gestión por objetivos mal enfocada.

Estoy seguro de que no he dicho nada de lo que nadie no sea consciente. Y más seguro estoy de que la solución no debe ser sencilla cuando no se ha hecho algo ya… muchas veces las visiones parciales (y hablo de la mía, ¿eh?) de las cosas te permiten criticar algo, pero no comprender la dificultad real del problema.

Pero es que a veces me cuesta pensar que sea tan difícil… cuando, por ejemplo, todos (en la dirección y fuera de la dirección) están de acuerdo en que tal servicio tiene tal y cual problemas importantes y luego no ves nada de eso reflejado en los objetivos… y sueles oír el: “es que es muy difícil de medir“… ¿es eso excusa?

Es cierto que nuestros sistemas de información no están muy bien orientados a medir resultados en salud pero, de nuevo, ¿es eso excusa? A diario vemos aplicaciones departamentales por todos sitios para gestionar la información importante de un servicio… ¿por qué no podemos adaptar -o crear- nuestros sistemas de información? ¿Hay que esperar necesariamente a que nuestros Servicios Centrales hagan algo o podemos empezar a caminar nosotros?

Como siempre digo, la Organización somos nosotros, así que cuando culpamos a la Organización, nos estamos culpando a nosotros mismos. Si parece que todos sabemos que nos estamos equivocando y parece que todos intuimos el camino que hay que seguir, ¿qué estamos esperando para hacerlo?