Me dijo que hacia mes y medio, Adelina, su hermana, llego a casa toda mojada y con un gesto de paz y felicidad, lo único que decía era que ya había encontrado la persona que había estado buscando, y que ya se podía morir en paz. Esa persona sabría lo que la flor significaba, seguro que con el Don de la flor, haría feliz a mucha gente.
Yo no sabía bien lo que pensar, pero cuando más me asuste fue cuando Berta me dijo que era yo la elegida. La flor había estado en poder de Adelina más de 40 años, por lo que si se me la había regalado a mi seria por algo muy especial.
Hice mucho hincapié en saber si Adelina le había contado algo sobre mí, pero ella me dijo que no le había dicho nada. Lo único que le preocupaba en los últimos meses, era que se sentía muy cansada, y que no tenía ganas de vivir, ya que sentía los problemas de la gente como suyos.
Yo cada vez me sentía más triste por la muerte de Adelina, pero Berta me dijo que no me sintiera triste que Adelina murió en paz ya que su único deseo era que la flor estuviera en manos de una buena persona, capaz de hacer feliz a los demás.
Me gustaría visitar la tumba de Adelina, Berta me indico donde estaba. Me despedí con un abrazo, y quedamos en volvernos a ver.
Aunque un poco tarde, me encamine hacia el cementerio, dispuesta a visitar la tumba. Cuando llegué no me costó mucho de encontrar. Cuando vi la foto, me puse a llorar, lo único que podía decir, era gracias por el gesto que tuviste conmigo.
En la tumba había un gran ramo de flores, pero no era flores naturales, eran flores de media de todos los colores, muy bien hechas.
¿Quién le habría puesto ese ramo?