El cubano puede llegar a ser una especie de bicho raro que se mire por donde se mire es difícil de comprender aunque parezca más claro que el agua. Entre alegría natural y pasos de salsa se desliza, entre apariencia y un fanatismo que al final no puede controlar. Fanatismo por la brujería, por la religión y la política un conjunto que envuelve sabiamente en interminables discusiones para demostrar que lo sabe todo y que su verdad es la que prevalece.
En Miami se resumen esos matices que fascinan a algunos y hacen huír a otros. Una comunidad cubana que se siente como en casa e impone sus pasiones como ley inquebrantable: santeros que ejercen, delincuentes que imponen una mafia siniestra y politiqueros baratos que improvisan discursos en cualquier esquina.
Hay cubanos que no desean poner los pies en Miami debido a la presencia de sus propios compatriotas y es que muchos imponen sus criterios, aislando a los que no los aceptan por pensar de manera diferente. Muchos cubanos salieron de la dictadura castrista pero, en el fondo, la adoptaron perfectamente y la continúan ejerciendo en el exilio: «piensa como yo y serás aceptado de lo contrario te destruyo»
Sí, bicho raro el cubano. Al son de las maracas y brindando con ron, ha hecho de Miami una segunda Cuba. Un universo aparte en el que los Norteamericanos ya no se encuentran en su ciudad porque los de la isla escriben la historia casi olvidando que esa tierra no les pertenece. Muchos ponen la groseria, la mala educación, la vulgaridad, la traición…como naturales y tan normales que se extrañan cuando surge un rechazo
La » Yuma» como suelen llamar a los países extranjeros, calificativo creado especialmente para los que vienen de lugares en los que, según ellos, hay de todo y la gente es rica porque, esa es otra, muchos cubanos recrean lo desmesurado y automáticamente dan por sentado una única «realidad»: en Cuba existe la miseria y en el extranjero la riqueza. Los cubanos residentes en Miami viven en lo más parecido al Paraiso
Salír de Cuba significa dejar atrás una ferrea dictadura comunista que aniquila la existencia sin nungún tipo de piedad, esto es algo significante y no un simple detalle. Todos los que partimos del país pasamos por ese túnel que nos conduce de la oscuridad a la luz, de la opresión a la libertad, es algo que se deleita pero no al precio de caer en la radicalización absoluta. Un gran número de cubanos recibe el hecho de vivir en otro país como si se tratara de la ola que empuja a la imposición, en esta ocación, del capitalismo.
El cubano que abandona el agujero negro de la dictadura abraza hasta la estrangulación la brutalidad del capital, ve con buenos ojos el ser pisoteado por las desigualdades y fealdades del capitalismo puesto que son «ataques» que no vienen de los comunistas castristas. Pueden se mendigos en las calles de Miami que estaràn contentos, como contentos están los que siguen apoyando la Revolución dentro de la isla. El extremo en mundos opuestos, estupidez difícil de entender
Hablar con un cubano residente en Estados Unidos, o en cualquier otro país del mundo, es casi imposible si de politica se trata. Es mejor no resaltar las imperfecciones del capitalismo puesto que el adversario refutará sacando a relucir con la fuerza de un animal salvaje, los mercados llenos de comida, los autos de lujo, las piscinas particulares y una larga lista que te impedirá abrir la boca. Curiosamente solo expondrá lo material pero no se detendrá en los hechos tales como los pobres en las calles, las indiferencias humanas, en la dura labor….
Hacer énfasis a lo social que pide a gritos salir a la superficie sin que se lo permitan los grandes capitalistas conlleva a ser arremetido contra la pared de las humillaciones e insultos. Un cubano fanático no da respiro, levanta su propio ring de boxeo y golpea hasta que el adversario cae a tierra.
Tener ideas humanistas y sentimientos que se inclinan hacia lo social, intentar crear ayudas para los desfavorecidos es el sendero mas seguro a las frases utilizadas tantas veces por los cubanos recalcitrantes: » Tù eres comunista… vete para Cuba»…
Cubanos que dan pena dentro y fuera de la isla aunque, naturalmente, no todos son asi