—¡Corten!
Revista Talentos
Fantaseaba con aquella diosa desde hacía años. Sin creérselo todavía, contempló ensimismado cómo dejaba caer su vestido para luego acercarse despacio, gateando sonriente por la cama hasta acercarse a su torso perlado. Contempló sus formidables pechos y se entregaron a un beso apasionado, insuperable, que quedaría grabado para siempre.
—¡Corten!
—¡Corten!