Revista Literatura

La escoba del sistema Preview

Publicado el 16 abril 2013 por Sara M. Bernard @saramber

La escoba del sistema Preview

Resulta difícil terminar un libro cuando, junto a problemas de concentración por dispositivos varios, hay que detenerse cada pocos párrafos con un ataque de risa de esos malos, con lágrimas saltadas y dolor de estómago por el esfuerzo. He cambiado los horarios (nocturnos) de lectura porque molestaba a todo el vecindario con las carcajadas violentas. Y todavía quedan unas 200 páginas de esta tortura.

La escoba del sistema PreviewEl experimento con La escoba del sistema ( Pálido Fuego, 2013) va bien, después de todas las reservas iniciales.

Hasta el momento sólo había leído una montaña de obituarios por su suicidio, comentarios analíticos de terceros, el discurso "Esto es agua" a los alumnos del Kenyon College (Ohio) y el ensayo sobre Kafka. Aparte de los cinco minutos de entrevista en una tv americana, con ese terrible tic causado por los medicamentos (no aguanté más).

Wallace es otro de esos escritores de sombra muy alargada y comunidades de fans-lectores-histéricos congregados alrededor de algunos textos. Quizás por haber leído tanto SOBRE él y no a él mismo tenía tanta resistencia, a pesar de esta oportunidad para una lectura cronológica (de primera a última obra) gracias a la apuesta de la editorial malagueña.

En el último momento, la decisión fue puro instinto para constatar este nimio detalle visto en la reseña de El lamento de Portnoy:

[...] un personaje femenino que no parece la transposición de una mente masculina a un cuerpo de mujer. Tal vez en este punto esté equivocado y se precise una evaluación femenina del personaje de Lenore, pero creo que Wallace consiguió plasmar un absoluto narrativo con su personaje... tal vez mi lectura de la novela como teoría narrativa me haga ver al personaje como un absoluto en el que podemos identificarnos sin importar el sexo.

A la altura de la página 290, por donde voy, siento decir que es un absoluto transpuesto. Lenore se queda bastante corta como personaje "femenino", porque profundizaría mucho más en ciertos puntos de la narración. Algo que sí se hace por boca del personaje masculino de Rick Vigorous. Aún así, todavía quedan páginas, ya veremos.


Por el camino, sí hay que hacer una reverencia tremenda porque Wallace es el primero en casi dos años (365 + 366 + 90 días) consecutivos que consigue hablar de Kafka y no parece un pedante que lo mencionara sin saber de lo que habla. Además de un homenaje en toda regla a K.en sí mismo y no a lo que los expertos creen que es.

Sacado de Kafka: la persona que no quiere hacer cosas ridículas es la persona que resulta ridícula. (Idea: Kafka en una fiesta de Amherst/Mt. Holyoke, nunca referido por el nombre, únicamente comF.K.", es el único que no baila...) Las fiestas modernas son un invento del diablo.

Quizás los ataques de risa vienen por mi incapacidad para un análisis narrativo y estructural "serio", una ceguera para tanta teoría literaria, como me sucede con Kafka: repaso las fotos del campus del Amherst College e imagino a la persona-escritor (algo indisoluble, por mucho que los críticos hablen de distancia) tirado por el césped en pleno morao de porros, obligado después por las circunstancias a plantarse en la consulta del psiquatra, y cómo eso se refleja con crueldad sádica en cada una de las historias de La escoba. Y me da la risa floja. No lo puedo evitar.

200 páginas más.


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