La eterna gata flora.

La vida con 2+1 (y creo que con uno solo también) se me hace la vida de la gata flora.
Por un lado hay días en que no los sporto, los regalaria con moño a cualquiera que pase por la ruta. Ellos lloran y yo lloro. Llega marido Mr. Ewok y nos encuentra a los 4 llorando a moco tendido, a mi rogando por salir aunque sea hasta el supermercado (a 5 km, que seguro que los hago a pie) y el pobre no tiene otra opción que decir "andá, respirá aire puro que yo los cuido" o decirme que le la deje a Santa Silvia, la nanny, al cuidado de las bestias.
Y ahi soy feliz. Me pintarrajeo, me empilcho, hago mi lista de compras..... hasta que les veo las caritas de perritos abandonados a los dos mayores (bonsais de maquiavelos para los amigos)... y adiós felicidad.
Me dura poco la culpa y logro salir.
También me duran poco las ganas de salir y a los 5 minutos lo llamo a Mr. Ewok para que llame a Santa Silvia y les pregunte por las bestias (porque yo ni en joda la llamo, no sea cosa que esté cerca y por esas cosas de la vida escuche un llanto desgarrador y me vuelva).
Todo mi tiempo afuera de la casa no logro pensar en otra cosa que no sea a la nanny colgada de las patas de Terremoto que a su vez está colgado de Morsa que está colgado de la araña. Tampoco logro relajarme pensando en que la vida de Leta corre peligro con los dos hermanos que le tocaron en desgracia. Siento que al volver voy a encontrarme con una bebita tuerta, y una nanny con la renuncia en puerta y con la cuenta del psiquiatra que le recetó clonazepam x 1000.
Aunque logre dejar de pensar en ellos, paso por una jugueteria y vuelvo a pensar en ellos. Ya no entro a locales donde vendan ropa, al menos no ropa para mi. 
O sea: aunque salga, mi cabeza sigue en casa.
Y llega un momento en que los extraño de veras.... si, believe it or not, quiero volver a casa.
Y obvio que una vez en casa quiero volver a salir.
Y todo vuelve a empezar.
Eterna gata flora........