La europa que algunos querríamos…

Publicado el 25 mayo 2014 por Mbbp

Siempre he sido un defensor a ultranza de Europa, como idea unificadora, revolucionaria y avanzada. Desde sus inicios, en los que tuve la oportunidad de presentar una propuesta para dar a conocer el Organismo europeo y su funcionamiento a los ciudadanos de este país, campaña previa al referendum para ver si nos interesaba o no pertenecer a la entonces UE. Ni que decir tiene que mi propuesta basada en el sentido común y en mi experiencia en este tipo de campañas informativas fue desechada, a saber por qué motivos objetivos o razones encubiertas o no…

Entonces para mí y para muchos otros, Europa era una posibilidad de aunar fuerzas para unificar criterios y energías entre los países integrantes del Mercado Común y construir una alternativa mundial al desaforado y siempre prepotente imperio norteamericano, que impone sus intereses disfrazados de democracia y libertad, aunque detrás solo haya intereses económicos y de imperio. Imponer un estilo europeo y diferente de hacer las cosas, liderado por países con orígenes distintos y de cultura común europea, pero avalados por su dilatada experiencia democrática y, a la vez, por los imprescindibles valores sociales, que matizaran el capitalismo sin escrúpulos de los americanos…

Una Europa, en la que todo estaba -y está, aún- por hacer, que agrupara lo mejor de cada país miembro en educación, en normativas legales, en cultura avalada por la Historia, en aspectos sociales nacidos de revoluciones necesarias (como la francesa, la del 69, etc.), fundamentada en el debate político, continuo y democrático, aprendido en los parlamentos de países con tradición como Inglaterra, la creación de un mercado bursátil único y poderoso como Frankfurt o Londres y fuerte para poder contrarrestar los intereses no siempre éticos de Wall Street o el crear una moneda única para poder intermediar con terceros países, como los paises árabes o los emergentes de Asia, como China o la India, futuros líderes del mundo que ya llega…

Pero el tiempo ha pasado y la Unión Europea sigue igual, en manos de políticos que, año a año, la han malversado, convirtiéndola en un monstruo ingobernable -por respetar a cualquier precio las respectivas soberanías de los países miembros- y caro de mantener, debido a la clase creada de funcionarios y diputados, con altos sueldos, pero supeditados a los intereses políticos y, lo que es peor, a la tiranía de los mercados financieros mundiales, solo interesados en la deuda y la subsistencia de poderes opacos que marcan las leyes y las normas a todos los países de la órbita europea, dominados por los que ya eran potencias, como Alemania o Francia…

Europa es hoy una idea brillante malograda, mal llevada a la práctica. Desconocida, pues ya nadie nos explica cómo funcionan sus múltiples organismos ni cómo se toman realmente las decisiones en ella. De hecho, la consecuencia más evidente de este desatinado escenario es la crítica cada día más acuciante, el desinterés a la hora de ir a votar -sin saber qué votamos exactamente- y la cada vez mayor presencia de países euro-escépticos, que se cuestionan abandonar la Unión, demasiado costosa y poco eficiente…

¿Hay vida sin una Europa unificada? La pretensión independentista en varias regiones de algunos países europeos (Escocia, Catalunya, etc.) está poniendo en tela de juicio la conveniencia a formar parte de ella o no, aunque se utilice por algunos solo como amenaza de exclusión. Sí existe vida en Europa, dentro o fuera de ella, siempre y cuando se restablezca el dialogo interno, se adapten las estructuras hoy demasiado rígidas y arcaicas -a pesar de su relativa juventud- y se vuelva al sentido común para cambiar las cosas realmente y poniendo al ser humano como centro de cualquier sociedad, unida o no. La unión hace la fuerza, sin duda… pero siempre y cuando haya sentido común de todos sus miembros y, entre todos, hagamos más humano nuestro ya caduco Sistema y lo recreemos de nuevo, pero más humano, eficaz, justo y solidario.