Hoy en día nuestros países se han venido desarrollando poco a poco gracias a la educación que su población adquiere tanto académica como empíricamente. Cuando habló de empírico me refiero a que los conocimientos que se adquieren están basados en la vida cotidiana y de acuerdo a las necesidades del entorno en que se desenvuelvan las personas. De hecho, muchas de ellas pueden haber que su destreza, cualquiera que sea, en el uso de la tecnología ha sido adquirida en el día a día de sus vidas. Por eso, se tiene que fomentar que aquellos sectores que si tengan acceso a la educación formal se les imparta las clases con la tecnología de la mano, como herramienta facilitadora y creadora de destrezas.
En los procesos educativos tecnológicos orientados a niños y adultos se ha comprobado que las nuevas generaciones que empiezan a relacionarse con la tecnología en cualquiera de sus formas a una temprana edad se adaptan más fácil y rápidamente en comparación con los adultos. Esto se atribuye a un fenómeno físico en el que el proceso de creación de neuronas y unión entre estas a través de las dendritas, similares a los hilos utilizados para la costura de ropa, es más rápido y propicia que una mayor cantidad de información sea almacenada a una velocidad increíble cuando se trata de una persona joven, más aún si es un niño o una niña.
Si nos centráramos en la educación temprana, es decir, en nuestros niños y niñas, podemos ver que ellos desarrollan un estímulo incrementando su capacidad visual y de lectura cuando ven íconos, fotos y otros símbolos visuales coloridos que atraigan su atención y la puedan relacionar con el contexto y el entorno.
Bien nos enseñaron nuestros profesores de español, para que exista comunicación son necesarios tres elementos: un emisor, un receptor y el mensaje, pero que pasa con el medio en que ese mensaje es transmitido, para los niños basta y sobra un gesto como una sonrisa o un abrazo para transmitirles afecto, imaginense ahora con imágenes o vídeos. Realmente lo que tenemos los adultos por enseñarle a la niñez y juventud es un compendio extenso de información que necesitamos transmitirles, ya no de la misma manera, usando los mismos medios que utilizaron nuestros padres o maestros, si no aprovechando la tecnología que hoy en día se ha vuelto más accesible.
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