La excursión

Publicado el 21 mayo 2013 por Mamenod

La Alhambra. Granada

Hoy, mi hijo el pequeño se ha ido de excursión.Acaba de cumplir los doce años y es la primera vez que se va con los amigos más de un día, así que os podéis imaginar lo que para él eso supone.Creo que llevan años hablando de esta aventura. Es su último curso de primaria, y desde que pasaron la infantil y se incorporaron al horario, los profesores y los lugares comunes de los "niños mayores", vienen soñando con este momento en el que parece que con el primer atisbo de independencia y libertad, se asoman a una nueva etapa que comienza, donde poco a poco se irán despojando, unos despacito y otros de golpe, de lo que todavía les queda de la infancia.Estos últimos días han sido de locura. Mi hijo ha estado contando las horas, los minutos y hasta los segundos que quedaban para montarse en ese autobús, "cantosamente" amarillo, desde el que hoy me decía adiós, con la gorra encasquetada, los zapatos de andar cómodo y las ilusiones recién estrenadas. Y allí estábamos los papás, a las 6:45 de la mañana, con el pellizquito en el estómago del miedo a la carretera, pero también con las ganas de que se lo pasen de miedo, sabiendo por la experiencia vivida que probablemente estos tres días en los que no tendrán tiempo para hacer ni la mitad de lo que llevan planeado, serán de los inolvidables, de los que, con un poco de suerte, guardarán un maravilloso recuerdo para el resto de sus vidas.Las madres, como siempre, andábamos dando las últimas instrucciones: "en la parte derecha de la maleta está el cargador del móvil, ponte el chandal si hace frío, no gastaros bromas en la ducha que os podéis caer", y ellos, con cara de no enterarse de nada, en lo único que pensaban es en encontrar al amigo con el que quieren compartir asiento de autobús y horas de risa.Los niños andaban ya juguetones: que si te quito la gorra, que si "tío" ¿tú te sientas conmigo? y ellas más contenidas, las chicas más bien haciendo risitas, perfectas con el kit de ropita mona para excursión y compartiendo cuchicheos.Qué maravilla de edad. Qué momento más bonito de la vida, cuando al alma no le pesan todavía los fracasos ni los remordimientos y el futuro está entero por descubrir. Cuántos recuerdos me han traído sus nervios, sus mochilas al hombro y ese brillo en los ojos con el que se han despertado.Ahora, para los padres empieza el momento "sofocón",  ya me lo estoy imaginando. Descargarán la batería del móvil mandándose mensajitos, no habrá manera de saber nada de ellos hasta que los profesores nos digan: vamos de vuelta, y ninguno, de eso estoy segura, se pondrá el polar para el frío de Granada, el chubasquero para la lluvia de Córdoba o el pantalón corto que llevan preparado para la traca final, cuando los lleven al Tívoli y hayan dejado atrás la ruta más cultural.Espero que el tiempo y la suerte les acompañe, a ellos y a esos seres extraordinarios que hoy se quitan el disfraz de profesor para ponerse la ropa de padre-amigo-tutor responsable de este grupo de hormonas que seguro que ya han planeando alguna trastada y a los que tendrán que vigilar de cerca.Es su momento mágico, y los padres nos quedamos fuera. Sólo nos queda decirles que estaremos aquí a la vuelta, como siempre, esperándolos para oír sus historias; al pie del autobús para cargar la maleta;  o al otro lado del buzón de voz del móvil, esperando oírles decir: estoy bien, que es, en realidad, lo único que de verdad nos importa.Que os lo paséis muy bien, chavalotes.