La experiencia me ha dado superpoderes

¿A ustedes no? A mí sí.

Parece que a la gente común y corriente la experiencia la hace más sabia, más prudente, digna de ser consultada para las grandes decisiones, pero según mi querida familia a mí no. A mí la experiencia me ha dado un conjunto de habilidades extraordinarias, que no llego a comprender cómo no las utilizo para dominar el mundo, me dejo de tontadas y consigo con un chasquido de mis dedos todo aquello que quiero ó necesito.

Por ejemplo:

Llegamos a un sitio, da igual cual y veo a un niño pequeño haciendo el cabra, mientras sus padres pasan de él olímpicamente. La lógica más primitiva dice que más temprano que tarde acabará con los dientes enterrados en el suelo; se me ocurre comentarlo y ¿Qué me dicen los míos? “Deja de decir eso del niño, que al final se va a caer de verdad…” O sea, que lo que tiene la potestad de hacer que el niño pierda los piños son mis palabras y no que la criatura esté jugando con su suerte. Es como si mis fonemas fueran una especie de “flipendo” a lo Harry Potter que despidieran a la criatura hacia el suelo y así se pudieran corroborar mis advertencias. Encima, cuando la criatura tiene el destino advertido El Consorte va y suelta ¿Lo ves? ¡Como si yo fuera la culpable del accidente! A ver, coño que el niño se ha esmoñado porque estaba practicando actividades de alto riesgo, no porque yo lo hiciera caerse.

Se van a pasear al monte. Les digo que se lleven chubasqueros y ¿¿que responden?? Naaaaaa si esas nubes negras luego tiran para el lado contrario…Cuando vuelven calados como sopas entran diciendo:

-Joder, le venía diciendo a papá ¡No falla, tu mujer en cuanto dice que va a llover, lo clava!

Ahhhh claro, es que como me gusta joderos la vida, me he quedado aquí en casa con el caldero haciendo la pócima de los rayos y centellas para que os cayera una chupa de agua de cuidado. Los nubarrones negros eran para mantener la diversidad de colores en el cielo y que no les acusaran de racistas y al satélite que le dio la información a la chica del tiempo y que anunció tormentas para hoy, no hay que hacerle ni caso que es una máquina infernal y no tiene ni puñetera idea. Lo que tenéis que hacer es cuidaros muy mucho de no provocar mi ira divina porque como se me ponga en la punta de la trenza que llueve ¡Os vais a cagar!

Y la que me pone de peor leche de todas. Cuando se dedican a jugar a los castillos en la nevera. Llego y los veo poniendo encima de un brick de zumo, la tarrina de la mantequilla e inmediatamente encima el frasco de mermelada y…

-No pongas eso así que cuando abras la puerta de la nevera se te va a caer todo.

¡Ni puto caso señores! A ellos, que han soñado que han sido seleccionados por el mismísimo Circo del Sol para la coordinación de los números más arriesgados, se les van a caer unos frasquitos de nada. Dos horas después, abren la nevera y la mermelada hace un triple salto mortal con tirabuzón hacia el suelo ¿Y qué dice el desgraciado que hizo la torre?