La feliz historia del adiós

 Me pidieron que escribiera una historia y automáticamente pensé en tu adiós. 

Creo que está historia terminó sin siquiera haber empezado y creo que el hecho que hizo que este inicio se convirtiera en adiós, fue todo lo que vivimos en esos pocos meses de conversación, de atracción, de desilusión, de arrepentimiento, de estar en un constante subir y bajar, del no saber que hacer para estar bien, del agotamiento que era el querer gustarte para que te quedarás.

Empezamos siendo los amigos más increíbles que te pudieras encontrar, dos amigos que se veían diario, los amigos que se aprendieron los nombres de la expareja del otro, que se contaban los más oscuros deseos, en algún punto de esto, eramos dos almas que estaban destinadas a enamorarse en algún punto del destino, en otra vida estábamos destinados, pero no en esta.  !CARAJO¡. Nunca lo teníamos que haber hecho en esta vida. Bueno, no me tenía que haber enamorado de ti en esta vida. 

Esto se tornaba increíble en mis ojos, en mi futuro, pero no era así en tu visión, tu querías algo más carnal, algo menos romántico y más pasional y no me daba cuenta de eso hasta que fue demasiado tarde, hasta que toda tu falta de interés me hizo demasiado daño, me hizo caer en un hoyo del que no me podía levantar. Esto fue agotando mi paciencia,  a mi corazón y a mis sentimientos, llego un punto en el que ya no sentia nada por ti, ni por lo que hacias para tener mis ojos puestos en ti nuevamente, porque me demostrabas que necesitabas la atención de otra persona para no sentirte solo, por tu falta de amor propio. 

Tus actos y actitudes me enseñaron que no debemos aferrarnos a nadie, ni a nada, que no debemos conformarnos con miserias de amor porque en una relación siempre debe ser 50 -50, siemprte debe ser mutuo. Así que, después de todo esto, por fin te digo adiós, porque me cansé porque por fin estoy lista para solaterte, liberarme y superarte, ya no me duele decir estas palabras, porque es una feliz historia de un adios hacia nuestra relación que no existio. 

P.D. Dicen que de los errores se aprende, pero yo de ti no aprendí nada, porque bien dice Danna Paola: El amor no duele, duele todo lo que confundimos con amor.