En el curso Siglo XXI: reflexiones sobre algunos conceptos que bajo la dirección de Silvia se estructura en base al poema Les pido, de Rubén León Makinistian, abordamos el concepto tiempo desde la óptica de varios autores, maestros de diversas épocas que tuvieron la generosidad necesaria para procurar aliviar nuestro camino. Todos ellos, desde Horacio hasta Tomas Tranströmer, enseñan a detenerse en el instante, a percibir la cotidianeidad del presente como un misterio y a resistir el impulso necio de la mente por controlar el futuro, cometido que por otra parte, mal que nos pese, no hemos de lograr.
Perder el tiempo, dejar que el tiempo pase, detener el tiempo, ganar tiempo, esquivar el tiempo… Desde el laberinto intrincado de la razón procuramos una y mil veces definir la variable que nos desvela con la ilusión de dominarla conjugando distintos verbos, en lugar de hacer caso a lúcidas enseñanzas que indican lo contrario: si sólo tenemos el momento presente, una síntesis perfecta de tantos instantes pasados, por qué no procurar transitarlo con conciencia plena, abiertos a aquello que nos depare el espíritu universal en este instante.
Con la alegría de contar en mi biblioteca con las enseñanzas de quien fuera a mi juicio uno de los más clarividentes autores de la historia, recurro una vez más al prólogo del I Ching que reproduce el poema que Jorge Luis Borges dedicara al Libro de las Mutaciones: “…El camino es fatal como la flecha / pero en las grietas está Dios, que acecha”.
Feria de Cymbidium
La belleza de la flor la torna en favorita para grandes ramos u ornamentos; el cultivo no presenta grandes inconvenientes porque crece hasta en los bosques frìos del Himalaya, de ahí su resistencia a los climas extremos y un período de florecimiento que se extiende desde el otoño hasta la primavera.
La ciudad ha sido sede de la Fiesta Nacional del Cymbidium y la exposición se llevó a cabo en el Centro Cultural Terminal Sur por iniciativa del Círculo Orquideófilo: una buena oportunidad para admirar los racimos de flores de colores diversos y las largas hojas que llegan a medir un metro de largo de estas portentosas exponentes de la Nturaleza.
Testeos coloridos
Natura ha desarrollado en la línea Plant un shampoo con extracto de semilla de girasol para quienes jugamos a cambiar los tonos de la cabellera, que preserva el color, hidrata, suaviza y tiene un aroma intenso propio de los productos de la marca.
Para procurar la renovación de la piel del rostro, propicia en la época a fin de barrer con las células muertas que el lento invierno propiciara con su paso cansino, el exfoliante de St. Ives es un clásico a esta altura del año: huele a durazno, no irrita debido al grano fino que deviene en pasta al contacto con el agua y descubre una piel lozana y tersa luego de su aplicación.