La fuga de Antoine

Después de rodar Les mistons, la intención de Truffaut es escribir una serie de sketches sobre la infancia a partir de escenas que vivió en su juventud. Ya tiene el título del primero: La fuga de Antoine, sobre un adolescente que, tras mentir en el colegio, no se atreve a volver a casa y pasa la noche fuera, en París. Truffaut decide entonces dar cuerpo a la historia y hacer un largometraje, concentrando en una sola película varias escenas de la vida de un adolescente de 13 años. Trabaja con fichas, cada una con un título: ‘Antoine en la escuela’, ‘Antoine en su casa’ o ‘Antoine en la calle’. En muchos aspectos, es el sosia del adolescente que fue Truffaut.

Al igual que Truffaut, Antoine no es buen alumno, le gusta hacer novillos, dice mentiras, es castigado y falsifica justificantes. A Doinel le encanta leer, sobre todo a Balzac, e ir a escondidas al cine, a las numerosas salas de Pigalle o de la plaza Clichy, donde Truffaut pasó su juventud. También como Truffaut, Doinel pasará una noche en comisaría, antes de ser encerrado en un centro de menores delincuentes. Todo eso lo vivió Truffaut y no olvidó nada. Pero su intención no es hacer un film estrictamente autobiográfico, por lo que se pone en contacto con Marcel Moussy, escritor y guionista, autor del popular programa de televisión Si d’était vous. Con Moussy, Truffaut espera dar al film un alcance más universal. “No hay nada inventado”, diría “Lo que no me pasó a mí, le pasó a gente que conozco, a chicos de mi edad o incluso a gente cuya historia leí en el periódico”.

Inicialmente el guión se titula La fuga de Antoine. Después pasa a llamarse Los 4 jueves, hasta que Truffaut se decide por Los 400 golpes. Para encontrar al chico que interpretará a Doinel, Truffaut publica un anuncio en France soir: “Se busca chico de 12 a 14 años para un papel en una película”. Entre septiembre u octubre de 1958 hace audiciones a decenas de niños. Entre ellos está Jean-Pierre Léaud, cuya madre Jacqueline Pierreux, es actriz. Las pruebas de Jean-Pierre Léaud son concluyentes. Ha cautivado a Truffaut: está convencido de que el actor aportará al personaje vitalidad y emoción. Escribió: “Creo que al principio había mucho más de mí en Doinel, pero cuando llegó Jean-Pierre Léaud, su personalidad, que era muy fuerte, a menudo me llevó a modificar el guión. Considero, pues, que Antoine es un personaje imaginario que tiene un poco de los dos”.

El rodaje de Los 400 golpes empieza el 10 de noviembre de 1958 en París, en la loma de Montmartre. Esa misma noche, el crítico André Bazin, al que Truffaut considera su padre adoptivo, muere de leucemia a la edad de 40 años. Consternado, Truffaut dedica la película a Bazin, que fundó Cahiers du cinéma en 1951.

Los 400 golpes se presenta en la competición oficial de Cannes el 4 de mayo de 1959 y tiene una gran acogida. Al final de la proyección, llevan a Jean-Pierre Léaud a hombros. Jean Cocteau, que apadrina la película, está exultante. Truffaut, antiguo crítico virulento, se ha ganado los galones de cineasta. La película se estrena justo después, el 3 de junio de 1959, y obtiene un gran éxito comercial. Truffaut, que ha producido la película con su productora, Les Films du Carrosse, y con la ayuda de su suegro, Ignace Morgenstern, importante distribuidor de películas, adquiere independencia económica.

Pero la onda expansiva del film traspasa fronteras. Es un fenómeno mundial impulsado por la Nouvelle Vague, de la que Truffaut se convierte en abanderado. Después de Los primos, de Chabrol e Hiroshima, mi amor de Alain Resnais, y antes de Al final de la escapada, cuyo rodaje prepara Jean-Luc Godard, la Nouvellle Vague irrumpe en el paisaje cinematográfico, derribando el viejo bastión del cine francés de los años 50. El fenómeno adquiere una dimensión considerable, la buena nueva se expande como la pólvora. La juventud conquista las pantallas.
Presentación de Serge Toubiana
Traducción de Emma Muñoz Oates