Revista Talentos

La genio

Publicado el 26 noviembre 2019 por Aidadelpozo

La genio agarró de la pechera adamascada a su dueño, el seductor Marcelo, y lo zarandeó con fuerza sobrehumana. El hombre, semiinconsciente y con la camisa hecha jirones, balbuceó unas palabras apenas audibles.
-¿Por... qué...? Soy tu due...
-¡No te pases un pelo! ¡De dueño nada, caraculo! Solo frotaste la lámpara y tengo que concederte tres deseos, eso es todo. Pero en vez de pedir pasta y riquezas, tener un pito potente y que las mujeres caigan rendidas ante vuestros encantos, que es lo habitual, no se te ocurre otra cosa que pedir que te lleve al puticlub más cercano para ahorrarte el taxicamello. ¿Se puede ser más tonto? ¡Tonto, que eres muuuuu tonto! Y encima, dejas la lámpara abierta para que tenga que estar aquí, en estado semigaseoso, viendo las marranadas que te montas con estas meretrices de tres al cuarto. ¡Que llevo siglos a dos velas! ¿Es que a ningún tío al que haya concedido tres deseos se le ocurre puede ocurrir piernas para la genio si lo que desea es tener sexo desenfrenado? ¿Ninguno es capaz de entender que llevando tanto tiempo en esta mierda de lámpara que no mide ni veinte por veinte, me he leído mil veces el Kamasutra! ¡Que te lo puedo recitar al revés, copón! ¡Dos piernas y un sexo femenino ahí en medio! Es decir solo: "Genio, quiero concederte ser mujer de cintura para abajo y que me pongas fino filipino". ¡No tenéis consideración alguna!
-Estoy un poco aturdido... Me has agitado como a una coctelera... Necesito cabecear un rato. Me quedan dos deseos, pero no sé si cumpliría como hombre en este estado...
-Vosotras, ¡¡a mamarla a Parla!! ¡Dejadme a solas con Marcelo cagando leches! -gritó la genio con un vozarrón cazallero que espantó a las meretrices de un plumazo- Y, tú, "atontao", repite conmigo: "mi segundo deseo es que la genio tenga piernas y sexo de mujer y que le desaparezcan a voluntad para poder meterse en su lámpara cuando quiera. Mi tercer deseo es tener potencia sexual ilimitada pasa toda mi vida y así hacer que las mujeres se lo pasen genial conmigo".
El aturdido Marcelo repitió los deseos de la genio porque, a fin de cuentas, esta era medio mujer y cualquiera las contradice. Gracias a su gran potencia sexual y a la sabiduría en el arte del Kamasutra que poseía la genio, pasaron unos años felices y contentos y sexualmente satisfechos hasta que a Marcelo se le "perdió" la lámpara durante uno de sus viajes por el mundo. Pero esa es otra historia...

LA GENIO

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