PARTE ANTERIOR
En esta aventura que estoy realizando durante el último año por Galicia me he encontrado con gente extraordinaria, anteriormente hable de Manolo, pues hoy vuelvo para contaros la historia de Manolo… otro Manolo que me regalo momentos muy divertidos.
Durante unos meses estuve viviendo en un pequeño pueblo cercano a mis lugares de trabajo durante ese periodo de tiempo, como deberías saber ya me desplazo de pueblo en pueblo con una unidad móvil (la mueve un camionero) prestando asistencia sanitaria, bien pues durante 3 meses Manolo me alquilo un piso, ¿Quién es este Manolo os preguntareis?
El segundo Manolo de mi viaje por Galicia vuelve a ser una persona entrañable, lo habéis adivinado, al igual que el anterior Manolo él también se jubiló y dejó su negocio, el cual echaba de menos, cuando llegué a su casa a los pocos días de estar allí me abrió las puertas de las que era su tienda y me enseño las maravillas que allí había, Manolo entre muchos otros oficios era ebanista, le encantaba hacer cosas con madera, tallar mesas, taburetes, esculpir todo tipo de figuras, no solo esculpirlas sino también pintarlas a mano, un auténtico artista, su mujer, Carmen, tenía miedo de que manolo le quemara la casa tallando madera pues en una ocasión una esquirla muy caliente de madera salto y comenzó a incendiar un pequeño montón de serrín, Manolo no se dio cuenta y si no llega a ser por un vecino la casa hubiera ardido potencialmente, es por esto que según dice Carmen, no le gusta que Manolo este tanto tiempo con la madera y tan poco en casa, a lo que Manolo con gran humor le contesta “menos mal que me dio por la afición de la madera y no por las mujeres”.
Manolo es una persona extraordinariamente graciosa y campechana, a lo largo de su casa construyo varios somieres para poder echarse la siesta donde le apeteciera, en una zona del jardín, debajo de una parra, incluso uno plegable para una furgoneta, para según el poder hacer viajes a la playa y poder dormir allí, pero nunca lo llevo a cabo por que Carmen con dos dedos de frente quería ir a un hotel, siendo ellos mayores y pudientes me resulta curiosos que Manolo conserve ese espíritu libre de dormir donde sea y como sea a pesar de poder permitirse ir a un hotel, se nota a la legua que a los dos les gusta el campo y la vida sencilla, siempre cercanos, amables y lo mas valioso de todo, super graciosos divertidos y compenetrados.
Recuerdo un día que una orquesta muy grande fue al pueblo, coincidió con nuestra estancia allí, de echo fue una autentica tortura pues la orquesta estaba literalmente debajo de mi ventana y estuvieron tocando a todo volumen hasta las 5 de la mañana cuando yo me levanto a las 7 de la mañana a trabajar, pero bueno no viene al caso, simplemente era una anécdota curiosa, en uno de esos días de orquesta decidimos dejar de luchar contra el enemigo y unirnos a el, ya que en casa no íbamos a poder dormir, decidimos bajar y tratar de disfrutar un poco en lugar de ahogarnos en nuestra amargura y frustración por no poder dormir, y allí estaban Carmen y Manolo, en la plaza del pueblo, emocionados por que nunca habían visto su pueblo con tantísima gente, casi con lágrimas en los ojos, no pararon de hacer fotos para enseñárselas a los amigos y sobre todo a sus hijos, fue muy bonito ver a esa pareja emocionados al ver como el pueblo estaba abarrotado de gente como nunca antes lo habían visto, ni si quiera en las épocas de mas esplendor, esa imagen debió de trasladarlos a cuando eran jóvenes, los pueblos llenos de vida, donde todos se conocen y se saludan, no como en la actualidad donde la zona está prácticamente despoblada y solo quedan los más románticos y melancólicos que no abandonan el lugar donde nacieron, sus raíces. Todo es más frio ahora, impersonal, artificial, egoísta.
Más datos curiosos de mi amigo Manolo, sobra mencionar que desde el primer día me trato como un hijo, son conocerme ya era uno más de la familia… temas a parte, no podría describir con palabras la capacidad creativa y artística de ese hombre sin apenas formación ni oportunidades en la vida, lo que habla muy bien de él como persona pues de la nada forjo un artesano anónimo como pocos he visto en mi vida, triste diferencia entre la fama y el talento, manolo tiene auténtica pasión por la madera e incluso con pocos medios consigue tallar y dibujar cosas estratosféricas, pero al ser el anónimo y no tener ni si quiera ánimo de lucro por sus creaciones, todas esas maravillas hechas a mano quedan reservadas para los pocos privilegiados que hemos tenido la suerte de conocerlo… por ello atreveros a abrirle la puerta a los demás porque nunca sabéis lo que podéis encontrar, yo descubrí a un hombre de pueblo con un sentido del humor inigualable que escondía un artesano cuya obras bajo otro apellido valdrían 5, 10 ó 20 mil euros… esa es la grandeza de las personas y de Manolo y Carmen a los cuales les pague rigurosamente el alquiler a pesar de que tenía que insistirles una y otra vez que por favor me cobraran (muchas veces pasaban semanas y no me recibían el dinero) me daban largas, YO ERA EL QUE QUERIA PAGAR, el inquilino persiguiendo a los caseros para que cojan su dinero, algo que no he vivido y creo que jamás experimentare en mi vida, esa es la calidad humana de Carmen y Manolo, personas que tienen la vida echa, los hijos en buenos puestos, que han conseguido todo a base de esfuerzo y no de favores, gente humilde y sencilla a pesar de todo, llenos de talentos y para los cuales el dinero no es lo importante sino las personas.
Cuando me reuní con el para alquilar su piso no me pidió fianza ni abales, ni contrato de trabajo, nada, simplemente me dijo que le interesaba que en su casa estuvieran buenas personas, esa es la calidad humana de Manolo y su familia, personas para las cuales el dinero no es importante y personas con las cuales a pesar de ser yo un desconocido y encontrarme a cientos de kilómetros de distancia de mi hogar no pude sentirme mas como en casa gracias a ellos y su entrañable hospitalidad, humildad y sencillez.
CONTINUARÁ