Pero créanme si digo que hay razones de peso para afirmar esto. El biopic del fictico Sr. Gump está revestido de ese nosequé que hace que cada vez que la veas sea una experiencia más emotiva y profunda que la anterior. Esa magia tan maravillosa como poco común que impregna los mejores libros y películas y los eleva a la intemporalidad.
La trama está repleta de referencias a los acontecimientos más significativos (y otros no tanto) del último siglo en Estados Unidos, en los que de un modo u otro el bueno de Forrest se ve involucrado. Y sin embargo a pesar de su relevancia la historia de verdad se centra en el transcurso de la existencia del protagonista, hilvanando un relato divertido y por encima de todo, muy tierno. Porque ante todo Forrest Gump es, como dice su tagline La Historia de una Vida. De una vida que estaría condenada a la inmortalidad desde el momento en que Forrest, sentado en un banco y con cara de concentración pronunciase su famosa frase "Mi mamá dice que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar."