No sabía que pensaría ella de mi,
Berta no me hablado mucho de su sobrina, la hija de Adelina, por lo que estaba
un poco nerviosa, mientras iba a su casa. Sabia que me estaba esperando, así
que iba deprisa para no llegar tarde.
Desea mucho conocerla, y que me
contara cosas sobre su madre y las flores. Llegué a su casa y con decisión,
llame a la puerta, no tardaron en abrirme. Era una chica joven, no podía negar
que era hija de Adelina, tenia la misma cara amable y sonriente que ella.
Se acercó a mí me dio un abrazo, yo
me quede un poco parada, pero a la vez todo mi temor y nerviosismo, se disipo.
Me dijo que su tía ya la había avisado que iría, me dijo que tenia muchas ganas
de conocerme. Berta no le había comentado mucho sobre mí, simplemente que era
una persona muy importante para su madre.
Pasamos y nos sentamos, empezamos
hablar y lo primero que me pregunto era, de que conocía a su madre. Yo no tenia
claro como contarle lo que me había pasado, pero decidí afrontarlo.
Le dije que su madre me dio un
deseo, que me estaba cambiado la vida. La chica se quedo callada, y yo no sabia
que decir más, temía que no entendiera lo que estaba contándole. La chica se
puso a llorar, entre lágrimas me dijo que su madre era un Ángel, era única,
yo me emocione tanto que me puse a
llorar también.
Esto ponía las cosas más fáciles para
mi. Le comente que había ido al cementerio y había visto el ramo, ella sonrió y
me dijo que el ramo lo había echo ella para su madre. Su madre desde pequeña la
enseño a hacer flores de media.
Le pregunte si ella también ayudaba
a la gente, como su madre, ella me miro un poco apenada y me dijo que no, que
eso solo lo hacia su madre, ella solo hacia flores, nada mas. De hecho a ella
su madre también le había concedido un deseo.
Mi curiosidad era tal, que no
dude en preguntarle cual era el deseo y que flor le había regalado, no pensé si
lo que preguntaba era muy personal, cuando reaccione, le pedí disculpas, pero
ella me dijo que no pasaba nada que no era un secreto y que no tenia ningún problema
en contármelo.
Fue a una habitación y volvió con
una flor de media, era preciosa, con un color rojo muy vivo, parecía que
estuviera acabada de hacer, me contó el deseo de su madre.
“Te deseo que en llenes tu vida
de Amor y Pasión”.
Ese fue el deseo de la flor roja.