La hoja de ruta

Si hace unos días poníamos encima de la mesa la necesidad de dar un primer paso y tomar conciencia de nuestro rol, de abandonar el servilismo al que hemos estado "auto-sometidos", hoy nos proponemos dar un pasito más, pisar con fuerza y taconear si es preciso, como nos dijo Rocío. Avanzar en el sentido de actuar y no sólo predicar con la palabra sino con los hechos.
En respuesta a los comentarios del anterior post (en todos los sentidos) y ante la solicitada necesidad de recoger, negro sobre blanco, los pensamientos compartidos de una parte de la conciencia enfermera que opina como nosotros, propongo iniciar de manera colaborativa, con la participación del mayor número de enfermer@s posible, una especie de un decálogo enfermero, de forma que se vayan depurando las ideas de todos los que quieran participar hasta que un quede documento a gusto de todos, lo suficientemente completo y simple que sirva para ese acuerdo de mínimos desde el que realizar un "restart" en la profesión.
Tal como dice @enferprometeo aquí también creemos que es necesario crear una "hoja de ruta" que contenga unos hitos realistas y realizables, y las directrices de lo que queremos, lo que NO queremos, y cómo lo queremos.
Aunque algunos piensen que cualquier tiempo pasado fue mejor (obviamente están en su pleno derecho)  y que ahora empezamos una batalla que hace años que ya empezaron otros, ahora es otra la cosa. Si anteriormente la pretensión fue derrocar a los que considerábamos enemigos de la profesión, ahora es diferente, pensamos simplemente en unir a la profesión, en sentar unos cimientos compartidos por todos que sirvan de base para el desarrollo de una profesión carente del suficiente liderazgo. Repitiendo una parte del excelente post de Juan H. Yañez, que compartimos a continuación:

Yo creo que la mayor parte de la responsabilidad en esta invisibilidad es de la propia enfermería, muy especialmente  -¡pero no sólo!-  de sus dirigentes corporativos. ¿Tan difícil es redactar un pequeño documento en el que se explique a los ciudadanos, en términos sencillos pero convincentes, las razones por las que la enfermería es una profesión cualificada, independiente y autónoma, con bases científicas y ámbitos disciplinares propias, que desempeña unas funciones exclusivas que nadie que no tuviera formación enfermera podría desempeñar? ¿Que es una profesión creíble que si pudiera desarrollar todo su potencial contribuiría notablemente a solucionar muchos de los problemas de los que adolecen los servicios sanitarios públicos?

Igual ha llegado el momento de que sea la enfermería de base la que asuma el rol de esos dirigentes que nos han traído hasta donde estamos. Enfermería tiene un problema político y necesita que cada enfermera sea un líder en sí misma.

¡Hagamos este documento entre todos!Afortunadamente, esto es solo un ejercicio de ilusión y desahogo. Ahora toca seguir con el turno de noche, solventar los “pequeños” problemas que una enfermera vieja puede resolver sin necesidad de llamar al médico de guardia (porque si no se harían grandes problemas) tomando las decisiones necesarias, para lo bueno y para lo malo.

@carlosnunezo @homosanitarius