No sé si a vosotros también os sucede, pero soy malísima con los signos de puntuación (imagino que tras leer lo que llevo escrito de este post, ya os habíais dado cuenta).
Da igual cuánto lea, relea y revise, porque podré variar una frase o párrafo cientos de veces y nunca estaré convencida de poner las comas, puntos, puntos y coma... adecuadamente. En resumen: soy un auténtico desastre. Y creedme. Esto que a otros no les afecta y les parece trivial, yo me lo tomo muy en serio. Es, sin duda, de las cosas que más me frustra cuando me pongo a escribir. Por otra parte, cada vez soy más consciente de la importancia de dominar todos esos signos, pues gracias a ellos podemos hacer que el sentido de un texto cambie de forma radical.
A veces trato de animarme diciendo que eso de la puntuación es muy subjetivo y que no fue hasta el s.XIX en que se hizo común el empleo de estos signos ortográfics, y bla, bla, bla; pero ni yo misma creo en la validez de esos argumentos, para permitirme el lujo de mirar hacia otro lado y obviar tales fallos en mis escritos. Así que llegó la hora de hacer frente al problema...
Estoy empeñada en lograr mi objetivo, así que cualquier aporte, pauta o apunte que me ayude a ello, lo doy por bien empleado y bien recibido. Creo que el libro/guía de Silvia Adela Kohan, "Puntuación para escritores y no escritores", me va a ser de gran utilidad (espero poder hablaros de él más a fondo en unas semanas, pues por ahora ni siquiera he llegado al tercer capítulo).
Así que si a vosotros también os sucede lo mismo con vuestros textos, quizá mi entrada de hoy os ayude. Pero ¿qué tal si comenzamos por unos ejemplos?
Es muy probable que estos que os traigo los conozcáis de antes, pero me parece que su impacto visual y semántico ayudarán a que los más escépticos comprendan la verdadera relevancia de colocar la coma en un lugar u otro, dado que con ello el significado del enunciado se altera por completo.
EJEMPLO 1:- Si el hombre supiera realmente el valor que tiene, la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda.
- Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer, andaría a cuatro patas en su búsqueda.
- Perdón imposible, que cumpla su condena.
- Perdón, imposible que cumpla su condena.
- Vamos a comer, niños.
- Vamos a comer niños.
- Si leemos las frases del primer ejemplo comprendemos que en la primera se da importancia al varón frente a la mujer, y por el contrario, en la segunda de ese mismo ejemplo es la mujer quien tiene más relevancia.
- En el segundo de los dobles ejemplos, más contundente que el primero, vemos que la primera variante nos habla sobre un reo condenado sin remedio, mientras que la segunda de ellas alude justo a lo contrario. No es ninguna broma, por tanto.
- Respecto al tercer par de ejemplos, nos referimos directamente a ogros comeniños en la segunda de las variantes. Y en la primera, en cambio, estamos llamando a los niños para que acudan a comer.
Si estáis en ese mismo grupo, si no por edad, sí porque así os lo han explicado siempre, no hace falta que levantéis la mano. Bastará con que sigáis adelante con este post, así que... ¿Por qué no recurrimos a un vídeo donde nos dan algunas indicaciones más concretas sobre el momento en que ha de usarse la coma? ¿Os apetece? Pues estad atentos a lo que nos cuenta el responsable del canal Logue1980.
RESUMIENDO
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RESUMEN DE CUÁNDO USAR LA COMA (CRÓNICAS DE LA LOCA QUE CAZABA NUBES)
Evidentemente este asunto da para mucho más, así que seguiré ampliando la información en próximos posts. Espero que este os haya sido útil y de interés. Me encantaría conocer vuestro parecer en los comentarios.
Nos leemos.
Un abrazo, cazadores.
Hace años, cuando escribía, casi con la misma rapidez con que llegaba el aire a mis pulmones, te invitaba a que paseases también por este rincón. Pero, por un tiempo, las letras me abandonaron y me refugié en el scrap, la bisutería y el mix-media. Producto de esa etapa nació:
www.fabricadeartesania.com
Afortunadamente, las letras han regresado a mi vida y no pienso renunciar a ellas, si puedo evitarlo.Te lo contó Rebeca.