También conocida como la capacidad de decir no, la capacidad de decir sí.
Hay algo con lo que siempre he tenido un problema: no entiendo por qué las personas no dicen de verdad mucho de lo que dicen, es decir, por qué las personas dicen cosas que no tienen intención de cumplir. Y esto es simplemente porque, por la razón que sea, crecí considerando aquello que decía como algo a lo que estaba sujeto, voluntariamente sujeto (y a lo que voluntariamente podía renunciar). Considero que mis palabras son extensión de la persona que soy, no sólo las veo como sonidos que emito para obtener un deseo, sea cual sea el precio.
Hoy sé que la presión social, el deseo de crear una apariencia ante otros: ese deseo de pertenecer, ser aceptado y querido; hacen que todos sintamos que hay algo adecuado que debemos decir en las situaciones en las que nos encontramos en la vida diaria, como si hubiera un libreto. Esa necesidad instintiva nos hace buscar decir aquello que suponemos o sabemos que los otros quieren oír; o nos hace decir aquello que, por alguna razón externa, ‘sabemos’ que deberíamos decir, pensar y desear.
Esto es un problema, es una incongruencia que poco a poco va permeando y minando la persona que somos, incluyendo nuestra voluntad (la cual usamos para alcanzar lo que deseamos), y nuestras relaciones, nuestra capacidad de conectar con otros de verdad. Porque las palabras, el lenguaje que usamos, es la forma que tenemos de declarar y comunicar nuestras intenciones y motivaciones al mundo. Es una de las formas que tenemos para mostrarnos y expresarnos, y si nos expresamos falsa y descuidadamente, eso es lo que activamente estamos aspirando a ser: falsos, descuidados, inconscientes.
(Si acaso olvidas lo que dices, es porque no tenías intención de cumplir, de atenerte a lo que decías. Las palabras vacías no pueden llenar la memoria. Aún puede que prefieras lo que naturalmente sucede si no recuerdas tomar cierta acción, porque no quieres realmente ver un cambio.)
Si las palabras que usamos terminan por no corresponder con nuestras acciones, la intención que tenemos de crear una apariencia de quien somos se muestra y está al alcance de cualquier persona que la pueda ver; o, de igual forma, nuestra incapacidad e indisposición de realizar aquello que decimos queda en evidencia.
Somos visibles debajo de las apariencias que generamos: todos conocemos las motivaciones que puede haber detrás de una mentira, todos somos humanos, no hay secretos entre nosotros. Podremos engañar a algunas personas algunas veces, o podremos engañar a la mayoría de las personas la mayor parte del tiempo, pero no podemos engañar a todas las personas todo el tiempo.
¿Tenemos un problema con la verdad?
¿Por qué no decimos lo que pensamos, lo que queremos? Creo que esto se remite al temor que ya mencioné a quedar solos, a no ser aceptados; también se remite a la habilidad de estar por ti mismo. Ésta es un área en la que se requiere trabajar conscientemente para poder alcanzar algún cambio, y en la práctica tiene la forma de poder decir sí cuando quieres y puedes hacer algo; y en decir no cuando no es así.
Si no puedes decir sí o no de acuerdo a la persona que eres y de acuerdo a tus verdaderos deseos, estás aplastándote. Estás siendo inauténtico, pretendes ser quien no eres, te degradas a ti mismo. Si tus palabras no corresponden con quien eres, tu voluntad no corresponde a tus deseos, sino a los que postizamente has adoptado y que cargarás hasta no poder soportarlos más. Puede ser que esto te suceda porque desconoces tus verdaderos deseos y las posibilidades que hay en el mundo, en ese caso, puedes reconocer abiertamente que estás explorando.
Puedes decir lo que piensas, lo sabes. Puede ser que aún no tengas la valentía de enfrentar las consecuencias lógicas de tus acciones (o puede que estés inventando escenarios catastróficos en tu mente), pero sabes que en el fondo (o a flor de piel) quieres lo que quieres y no hay vuelta atrás. Y es más difícil obtenerlo si no lo puedes comunicar, y si lo obtienes, probablemente será algo pasajero.
Ten en cuenta que cada vez que hablas dices quién eres. Te das forma y nombre a ti mismo. Tú eres para los otros la intención que tienes hacia ellos, la experiencia que les pretendes dar. Si tus palabras no corresponden con tus acciones, eventualmente pasarás a no ser más considerado por las personas con las que interactúas, pasarás a ser invisible dentro del medio en que te mueves.
Recuerda que todo el tiempo estás avanzando hacia la vida que quieres vivir y la persona que quieres ser, o te estás alejando de ambos. Cada vez que te deformas con las palabras, te alejas un poco más de ti al buscar pretender. Contrario a lo que podrías pensar, si no te comportas acorde a tu palabras no es como si ‘no pasara nada’, en realidad estás conspirando en contra de ti, te estás saboteando.
Así que algunas cosas que puedes hacer para ejercitar esta habilidad fundamental de decir lo que quieres (decir que sí) y rechazar lo que no quieres (decir que no) son:
- Decir lo que piensas, teniendo consideración por los sentimientos de los demás, puedes ser sincero y compasivo a la vez.
- Si no puedes o no deseas más cumplir una promesa o acuerdo, comunícalo oportunamente, siempre te lo agradecerán y se te respetará por tener el valor de decirlo.
- Si vas a llegar tarde a un lugar en el que te esperan, ten la atención de informar a las otras personas, así ellos sabrán como aprovechar mejor su tiempo y les evitarás preocupaciones y ansiedad.
- Si no quieres herir a la otra persona al decir lo que quieres, primero asegúrate de cómo se siente, pregúntale, no hagas suposiciones sobre su sentir. Una vez hecho esto, comparte cómo te sientes tú.
- Si no quieres ver más a alguien o hablarle más, puedes decirlo; así no habrá malentendidos y quizá logres crear un nuevo puente de comunicación con esa persona al ser sincero.
- Sólo acepta hacer lo que sabes que puedes hacer y dentro del tiempo que lo puedes hacer. Si no estás seguro de poder hacerlo, reconócelo y comunícalo, pon tus condiciones sobre la mesa.
- Acepta toda invitación que te acerque a las cosas que quieres vivir, rechaza todas las que te mantengan en el lugar de que te quieres mover. Si temes estar solo, invita a los demás. Como sea, eventualmente encontrarás a las personas adecuadas.
- Expresa tus deseos en las relaciones que tienes y en las que comienzas, puedes ser sutil, pero siempre haz todo lo que esté en tus manos para dejar clara tu intención.
- No digas que harás algo por complacer a otros, ten en cuenta que sólo estarán realmente complacidos cuando te vean que aceptas con gusto su invitación y participas en aquello a lo que te invitaron. Todos tomamos nota de quien dice lo que no hace.
- Aprende a ver que las personas son incapaces de mentir, sólo basta ver cuáles son sus acciones. Rehúsate a aceptar la apariencia que los demás te venden de sí, honra sus decisiones identificándolos con las acciones que toman, buenas o malas. No los juzgues, pero no interactúes más con ellos si ponen en decrimento la experiencia de tu vida.
- Sé un ejemplo de lo que te gustaría ver en la vida, di que sí a las experiencias que quieres tener.
- Comunica a las personas que te rodean los deseos que tienes para ti mismo, es una gran forma de decir que sí ya que ellos probablemente puedan ayudarte de alguna forma para alcanzar lo que quieres.
- Reconoce dónde estás en todo momento. Compártelo.
Espero que te identifiques con algunas de estas ideas.
Decir que no, decir que sí. Es tan simple, pero es una habilidad bastante más escasa de lo que uno pensaría y está íntimamente relacionada con tu práctica diaria de la valentía, el enfrentarte con lo que te atemoriza y con la verdad personal que vives y con la que todos compartimos. No hay muchas otras opciones, tienes que hacer frente a tu temor de quedar solo y ser rechazado [fuera de la sociedad, sin poder sobrevivir así, y morir]. Pero no hay problema puedes hacerlo poco a poco, incrementalmente, a tu paso, sólo no olvides tomar acción. (Curiosamente nunca consideramos lo suficiente que ser falso nos hará ser rechazados eventualmente.)
Y bueno, con esto es que quiero compartirte la importancie que creo que tiene el tener palabra, el ser auténtico en tu forma de expresar tus deseos e intenciones. Se trata de honrarte tal y como eres, responder a tu verdad y a la realidad en que vives, se trata de ser tan sincero que sea inevitable que lo que deseas te encuentre. No te escondas más, queremos verte genuinamente en el mundo.
Di lo que piensas, di lo que quieres, tienes el derecho e incluso la obligación (hacia ti mismo) de hacerlo.
Ten honor, di la verdad, sé auténtico.
Di sí a la personas que eres y quieres ser.