Por Valentín Gazzani Bosworth. (Diario La Razón).
1. Al gobierno se le armó la gorda con lo de las vacas flacas. Es como si en un avión repleto de pasajeros, el comandante y sus colaboradores les informa que se apagaron las turbinas y van en picada, pero con la ayuda de todos podrán encenderlas nuevamente. ¡Qué barbaridad! Es el ápice de la improvisación y la insensatez.
2. Nobleza obliga.- Aún cuando el operativo militar reciente en el VRAEM fue ejecutado impecablemente por fuerzas combinadas, sin participación directa de civiles para evitar filtraciones, debemos felicitar al Gobierno bajo cuyo mandato se realizó. Fue la cooperación perfecta entre servicios de inteligencia y unidades operativas. Confirma una vez más la excelencia de los cuerpos militares de élite peruanos como en el caso Chavín de Huántar. Una sola crítica al presidente Fujimori: operativo como éste debió ejecutar en 1992 para eliminar al genocida Abimael y sus secuaces, de cuántos problemas posteriores nos hubiéramos librado.
El problema serio que surgirá tarde o temprano para el gobierno y quienes intervinieron en el abatimiento exitoso de los mandos terroristas lo crearán los mendigos profesionales incubados en las ONG defensoras de terroristas y la organización de antropólogos izquierdistas. Y es que hasta ese momento se desgañitaban pidiendo dizque donaciones para las víctimas (Alipio y compañía, por ejemplo) y buscando los medios para extorsionar al Estado, lo único que les quedaba era que esa cosa llamada CIDH devolviera a juicio a nuestros héroes del comando Chavín de Huántar.
Súbitamente fueron sorprendidos con la operación “Camaleón” no solo el propio Gobierno sino las tales ONG, a cuyos directivos ahora se les hace agua la boca pensando en los millones que le pedirán al Estado para “reivindicar” a los pobres terroristas y sus familiares, aunque se lleven de encuentro al Gobierno y al país, como le ocurrió a Fujimori.
A Dios gracias, los hechos de alguna manera ensombrecen las huelgas (la escalada de los mineros informales, por ejemplo, que son los verdaderos enemigos de las poblaciones donde “trabajan” contaminando ríos y lagos) manipuladas por el comunismo marxista, léase CGTP, sediciosos de Cajamarca, SUTEP, obreros de Sedapal (debieron concesionarla hace tiempo) y tantas otras similares que no entienden que las ideologías deben adaptarse a la realidad y no al revés.
Por ello, es incomprensible la actitud del Gobierno de abrir frentes opositores de confrontación permanente. No son los primeros y ojalá sean los últimos que ensayan tal proceder. Antes fue la derecha tradicional existente desde que San Martín deportó a los españoles y tuvo vigencia hasta la década de 1930 – 40. La debacle le vino tras ajusticiar al presidente Leguía (1930) y su Patria Nueva por venganza, pues la sacó del poder y deportó a sus miembros junto con los pierolistas, militares opositores e independientes de nota. El pueblo se dio cuenta de la manipulación y así llegó su ocaso entre 1936 – 1939. En este año empezó el cuarto de siglo de influencia de una nueva derecha, capitaneada por el presidente Manuel Prado, a cuya sombra surgieron empresarios mercantilistas existentes hasta 1990.
No siendo Humala de derecha, el ejemplo citado puede demostrarle lo fácil que resultaría arruinarle su futuro político.
FUENTE: DIARIO LA RAZÓN. http://larazon.pe/columnistas/11250-la-incomprensible-actitud-del-gobierno.html