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La indefensión aprendida

Publicado el 14 noviembre 2011 por Estherglez
La indefensión aprendidaLas teorías actuales sobre la importancia del optimismo, positivismo y expectativas elevadas sobre los alumnos en el aprendizaje escolar, se apoyan el concepto psicológico indefensión aprendida, investigado experimentalmente en la década de los 70 por Martin Seligman, y que, resumidamente, se produce cuando un sujeto, a través de experiencias vividas,aprende a creer que está indefenso (incluyendo sentirse ineficaz o impotente para resolver algo), que no tiene ningún control sobre la situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil.
Algunos ejemplos de conducta de indefesión aprendida pueden ser:
  • Un estudiante que suspende en varias ocasiones una asignatura pese a haber estudiado, concluye que que no está capacitado para esa materia.Alumnos que fracasaron escolarmente en su infancia o adolescencia, creen años después, incluso durante el resto de su vida, que no sirven para estudiar.
  • Una persona que ha tenido experiencias desagradables en trabajos anteriores, se aferra a su trabajo actual y no quiere cambiar, aunque le vaya mal en él, porque "más vale lo malo conocido"
Investigaciones posteriores de Seligman junto con Steve Maier, realizadas con personas, concluyeron que sería posible superar ese sentimiento de impotencia y, por tanto, pasar a acciones exitosas, ya que
consiguieron encontrar a personas que tras sufrir situaciones que les dejaban indefensos reaccionaban y seguían luchando, sin embargo, otras no, se abandonaban como los perros de los experimentos iniciales. Estos investigadores concluyeron que la diferencia entre unos y otros consistía en el optimismo.
Nosotros añadimos, tal como se puede ver en el vídeo a continuación sobre inducción de la indefensión aprendida en adolescentes, que la autoconfianza y la autoestima son dos factores que juegan un papel clave en este fenómeno: como se ve en el vídeo, hay alumnos que admiten venirse abajo cuando creen que no podrán conseguir la tarea demandada.

Del mismo modo, pues, que como se observa en el vídeo se puede inducir la indefensión aprendida, funcionaría la creación de expectativas positivas sobre los hijos/alumnos, quienes aprenderán que todo es posible con esfuerzooptimismo y actitud positiva.
De hecho,Seligman estudió también el estilo atribucional o atribución causal, es decir, a qué causa pensamos que es debido nuestro fracaso o experiencia negativa, agrupándolo en tres dimensiones:
*Permanencia: Qué duración, estabilidad o inestabilidad en el tiempo asumimos que tienen las causas de los buenos o males sucesos. Sus extremos se expresan en el discurso siempre-nunca.Un ejemplo sería aquellas personas que tienden a pensar que "el profesor siempre me regaña" o "nunca me dirá una palabra amable".
*Penetración: Cuántas áreas de nuestra vida se ven afectadas por nuestra buena o mala suerte, si estas causas nos afectan de manera global o específica. Se expresa en el discurso todo-nada.Como ejemplo, estaría la generalización de considerarse un mal estudiante y así "todo me sale mal", "nunca podré sacar bien nada"
*Personalización: Consiste en atribuir causas internas o externas a los buenos o malos sucesos. Si el alumno considera cuando algo le sale mal “porque yo soy así”, o le echa la culpa a otros factores "es que el profesor me tiene manía", en lugar de considerarse capaz de producir cambios. Esta dimensión tiene que ver con la autoestima.
Seligman concluye que las personas pesimistas frente a cualquier problema, amenaza o riesgo creen estar indefensas. Al intentar explicar las causas de las situaciones lo hacen en un estilo atribucional permanente, penetrante y personal, y esto a su vez genera indefensión: esperan fallar siempre. O sea que frente a situaciones similares volverán a quedar indefensas.
El estilo atribucional se adquiere en la infancia a través de tres grandes vías:
  • El análisis causal cotidiano, más optimista o más pesimista, que el niño o la niña observan a sus padres.
  • El tipo de crítica que los adultos (padres, maestros, etc.) realizan de él o ella. Las etiquetas que explícita o implícitamente les ponen.
  • Experiencias traumáticas o emocionalmente impactantes

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