Ante todo declarar que soy un fan incondicional de los Simpsons (al menos de sus primeras 12 temporadas, la calidad de las siguientes es discutible...). Me he dado cuenta de que cada vez con más frecuencia entre mis conocidos (normalmente los que tienen más o menos mi edad) se usan situaciones aparecidas en capítulos de esta serie a modo de parábolas que ejemplifican situaciones de nuestra vida rutinaria. Un ejemplo clásico es el de "!Sin tele y sin cerveza...Homer pierde la cabeza!" para situaciones de estrés extremo.
!Sin tele y sin cerveza...Homer pierde la cabeza!
Pero sin duda un capítulo que encuentro especialmente ejemplificante es el capítulo de la temporada 10 "El mago de Evergreen Terrace".
El capítulo
!Atención SPOILER Simpsoniano¡ (aunque a estas alturas, y tras 1000 reposiciones, el fan de la serie que no lo haya visto ya es porque ha vivido en una isla desierta).
Homer se deprime después de darse cuenta de que no ha hecho nada significativo en su vida y decide cambiar la situación imitando la vida de exitoso inventor que tuvo Thomas Edison. Y ¿cómo lo hace? pues poniendo a trabajar toda su desbordante y chiflada imaginación en busca de inventos que lo pongan a la altura de tal genial celebridad. Para empezar se apaña una tabla en la que se autocompara con Edison.
Bueno solo me quedan unos 999 inventos para pillarte...
Luego trabaja descanso para mostrar finalmente sus inventos a la familia: "el martillo automático multiusos", "la alarma todo-está-bien", "la escopeta maquilladora" (mi favorito) y el "sillón reclinable inodoro" (muy a gusto de Bart) ... todo a cual más disparatado. Ahora bien Marge no está muy convencida de la utilidad de sus inventos y eso deprime a Homer bastante más. Para animarle le comenta que su sistema para no caerse de la silla mientras "inventaba" (un taco de madera unido por una bisagra bisagra) si podría tener una gran utilidad. Pero para nueva sorpresa de Homer al observar una antigua foto comprueba que... !Edison también inventó un artilugio similar¡, aunque es desconocido para el mundo y solo él sabe. Dispuesto a ser el único autor de tal maravilla de la ingeniería, se dirige con Bart al Museo Edison pero mandar hacer puñetas las pruebas cometer. Justo antes de cometer el "Edicidio" se topa con un cartel justo igual a la suya en el que Edison se compara con otro genial inventor: Leonardo Da Vinci. Y entonces Homer se detiene porque entiende que todo genio siempre tiene como inspiración a otro que le ha precedido. Edison al fin y al acabo tuvo que sentirse frustado de alguna manera por ello. El final del capítulo es divertidísimo y no lo destripo porque no tiene mucho que ver con lo que explico a continuación.
¿Cual es la moraleja para mí de esta fábula "simpsoniana"? Pues bien como las buenas fábulas de Esopo, los Simpsons muchas vecen tocan temas cotidianos complejos pero de forma sencilla y desenfadada (con un extra de humor). En el mundo de la Innovación muchas veces intentamos empezar la "casa por el tejado" creyendo que ponernos a pensar como Homer encerrados en una habitación nos va a dar como resultado alguna idea nueva que mostrar al mundo. Es posible que en ocasiones haya pasado, pero desde luego no debe de ser la pauta general porque si no los grandes inventos aparecerían como setas. No, las grandes ideas surgen de la simple observación de lo cotidiano, son producto de una casualidad "forzada". De la misma forma que el padre de familia amarillo resuelve su problema de estabilidad con una silla de 6 patas, porque sino no podía seguir pensado, a menudo resolvemos problemas de forma innovadora, pero el problema es que no sabemos observar estos descubrimientos y si los observamos no sabemos como "transferirlas" a un invento invento innovador... un producto que vender.
Otro punto muy interesante que toca el capítulo es como nos esforzamos en seguir la estela creativa de alguien (o un grupo de personas). Bien podría servir de análogos a la frustración de Homer, lo que experimentan compañías al compararse con empresas de gran éxito y potencial innovador como son Apple o Google. Como bien se descubre al final, la gente con éxito lo ha conseguido porque en el inicio de su aventura quiso alcanzar a un precursor... ¿os imagináis a Edison al final de su vida decepcionado al final de su porque se quedó a 50 inventos de superar al genial Da Vinci? sería cómico ver en esa situación a alguien con más de 1000 patentes. La innovación no puede prescindir de modelos a los que seguir porque si no ¿dónde está el punto de partida? quizás la tabla de Homer persiguiendo a Edison a caballo pudiera servir como técnica para inspirarnos y lo mejor de todo motivarnos.
Sí, motivarnos, porque eso es otro punto clave del capítulo. Homer quiere ser inventor porque cree que no ha hecho nada en esta vida digno de recordarse... quizás en algún momento alguno nos hayamos sentido así. Y esa es sin duda su aliciente para diseñar cacharros, la mecha que prende la llama del genio. Cuando Marge le reprocha que sus inventos no sirven de nada, su marido se deprime. Marge entonces entiende que no puede frustarle su vena creativa. Todo buen proyecto de inventor que se precie necesita un motivo para crear (esto es también tan aplicable a la Investigación como a el Arte por ejemplo). Cuando encontramos algo por lo que seguir "buscando" entonces hemos hecho más del 50% de lo necesario para obtener el gran descubrimiento de nuestra vida
Así que no paréis de buscar motivaciones, ni de inventar cuando las halleis. Pero sobre todo... !no dejeís de ver los Simpsons!