Revista Literatura

La ironía de lo difícil

Publicado el 16 junio 2011 por Tuky @Tuky
“Dos cosas difíciles de aceptar: que somos mortales; la segunda, que no podemos ser queridos por todo el mundo”. Paul Ricoeur
Difícil era despertarse en las mañanas y dejar la cama; en consecuencia, le era difícil también, mantener un trabajo. De más está decir que su situación económica, obviamente, era difícil.
Si bajaba una escalera se trastabillaba en cada escalón y si intentaba subirla… mejor usar el ascensor.
Si osaba abrir un paquete de galletitas, acababa por sentirse la modelo que lanzaba cupones al aire en los programas de sorteos (si usaba un cuchillo se cortaba, pero no viene a cuento)
Cada noche nacía en él la misión de sentarse a escribir lo que llamaba: “los tres del día”.
Su cuaderno documentaría con precisión absoluta, lo difícil que era su vida. De modo que entre las páginas se leería:
Si abrazo golpeo. Si beso muerdo. Si muerdo me atraganto.
Si huelo me pincho. Si acaricio araño. Si araño, yo sangro.

Claro que “los tres del día” eran un mito; él “intentaba” sentarse a escribir pero, el mínimo acercamiento a una silla era un moretón garantizado, así que ahí quedó el cuaderno, recolectando listas jamás escritas.
Una mañana pensó que era temprano para escribir:
Si abro los ojos se me cierran. Si respiro se me acaba el aire. Si quiero entender, no puedo.

En su impotencia de no poder, nos maldijo a todos... es que declararlo muerto, sería sumamente fácil.

La ironía de lo difícil

Jackie Morris



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