La Isla de las Flores

Publicado el 11 enero 2010 por Gcpg
"El señor Suzuki, a diferencia de los tomates, las ballenas y las gallinas, es un ser humano", caracterizado por tener el telencéfalo altamente desarrollado y el pulgar oponible, que cultiva tomates. En la Isla de las Flores hay pocas flores, pero mucha basura, es uno de los vertederos de Porto Alegre. Si os digo que el corto cuenta lo que le ocurre a uno de los tomates del Sr. Suzuki hasta llegar a la Isla de las Flores probablemente pensaréis, "¡oh, qué historia tan apasionante!" Pues sí, apasionante historia la que nos cuenta Jorge Furtado en este corto documental, en el que en tan solo 12 minutos nos da una lección magistral de como funciona nuestro mundo.
Realizado en 1.989, obtuvo entre otros premios el León de Plata al mejor corto en Berlín, empezando una carrera de éxitos y excelentes críticas, a pesar de lo cuál, y como suele ser habitual con los cortometrajes y con el cine documental, no es fácil verlo con una buena calidad, y de pantalla grande ni hablamos. Este es un excelente ejemplo, entre tantos, de obras de las que solo podemos disfrutar gracias a la existencia de Internet, ese lugar donde anidan malhechores y piratas de todo pelaje.
La película no nos cuenta nada que no sepamos, pero lo hace con tal gracia, con un ritmo tan vertiginoso y utilizando definiciones ortodoxas de forma paródica, que no podemos quitar la sonrisa de nuestra boca. Es como "la parte contratante de la primera parte", que aunque sepamos lo que va después nos reímos igual.
Pero el caso es que entre risa y risa vamos redescubriendo una realidad que no es muy bonita, van apareciendo conceptos como dinero, trabajo, comercio, lucro, basura, propiedad... y el "monstruo" empieza a mostrar sus tripas. Y redescubrimos también que al "monstruo" no lo alimentan (solo) los mandamases y gerifaltes planetarios, sino que necesita del Sr. Suzuki y sus tomates, y de Doña Anita y sus perfumes, y del dueño de los cerdos... Y así, la película va pausando su ritmo para darnos la ocasión de digerir nuestra basura de seres humanos de telencéfalo altamente desarrollado y pulgar oponible. Y según va reposando, la digestión nos va haciendo perder la sonrisa y la emoción aumenta hasta el cierre, con una cita deCecília Meireles: ’libertad es una palabra que el sueño humano alimenta, que no hay nadie que explique y nadie que no la entienda’. Curioso final por cierto, porque en un trabajo extremadamente explícito difícilmente se podía haber conseguido un final más abierto.
Desde luego el formato que usa ha sido de notable influencia en un buen número de documentales posteriores, y especialmente en los de Michael Moore, no solo porque use del humor para contarnos asuntos muy serios, sino también por la forma de utilizr imágenes de archivo, gráficos y animaciones para ilustrar el discurso, así como por el ritmo rápido de la narración. Aunque también es cierto que existen antecedentes, como la fantástica 'The Atomic Cafe'.
Si no la habéis visto no os la perdáis.
Y un deseo para el año que comienza: que nunca os veáis por detrás de los cerdos.