Para huir de su soledad en Miami, Cecilia se refugia en un bar donde conoce a una misteriosa anciana. Tras ese primer encuentro, regresará al bar cada noche para escuchar de labios de la mujer tres historias que se habían iniciado, más de un siglo atrás, en otros tantos lugares del mundo: un suicidio en China que desata una cadena de reacciones familiares; una extraña maldición que persigue a ciertas mujeres en un pueblo español, y una joven arrancada de su hogar en la costa africana, que es llevada a un mundo desconocido.Había leído una sola reseña de éste libro, pero me bastó para saber que quería leerlo y que lo iba a disfrutar. No era muy dada al realismo mágico, como denominan a éste libro. Para ser honesta solo había intentado leer un libro de éste género en mi vida, El siglo de las luces de Alejo Carpentier, y desistí en la quinta página. La isla de los amores infinitos me ha fascinado y me ha dejado con ganas de más.
Las peripecias de estos personajes se irán entrelazando a lo largo del tiempo, desde una Cuba bajo el dominio español hasta nuestros días. Los amores predestinados y fulminantes de ese pasado cobrarán renovada fuerza en Cecilia, atada emocionalmente a su Habana natal, pero obsesionada también con un enigma que intenta resolver.
De entrada aclaro que no es un libro para todo el mundo. Al principio puede resultar un poco tedioso. En mi opinión solo aquellos que han sentido en piel propia lo que es el destierro entenderán el sentimiento de desapego que desprenden las primeras hojas de la novela. Cecilia es una desterrada cubana como muchas en Miami y como tantos se encuentra en esa encrucijada de no acostumbrarse a la nueva tierra y sentirse en cierta forma culpable por extrañar lo que dejó atrás. Una noche en un bar, entre boleros y nostalgia, conocerá a una señora que con historias de otras generaciones le mostrará a Cecilia una Cuba cargada de misticismo.
"Uno aprende a amar el lugar donde ha amado"
Me encantaría detenerme y comenzar una retaíla de explicaciones sobre mi país, su cultura, esa mezcla de razas y religiones que nos ha hecho lo que somos, pero creo que Daína Chaviano lo hace bastante bien con un lenguaje característico que atrapa casi tanto como la historia en sí. Página tras página, viajando entre el pasado y el presente, de España a China, pasando por Nigeria sin olvidarnos de Miami, seremos testigos de la evolución de un país, una historia rica en mezclas y mucho misticismo. La religión africana se mezcla con las creencias españoles y costumbres chinas para crear una realidad tan mágica como cotidiana.
Es cierto que me han faltado más descripciones. Me he quedado con ganas de recordar a La Habana que vi por última vez. Sus rincones, sus vistas, pero no creo que fuera la intención de la autora detenerse a situar al lector en un ambientación específica. Ése no es su mensaje. Entre boleros y nostalgia La isla de los amores infinitos nos habla de resentimiento y lecciones de perdón, es un despertar al presente, al aquí y ahora sin olvidar del todo nuestras raíces, quienes somos y de donde venimos.
ESCRITO POR MARII:TWITTER GOODREADS FACEBOOK