Salir de las construcciones de la civilización te expone a la variablidad de la vida, a que la única consante de la naturaleza es el cambio. Hoy hace frío y nos cubren las nubes pero no es el mismo frío que ayer y las nubes son distintas. Son nuestras casas un precario refugio de estabilidad en medio del flujo incesante del universo. A veces me da por pensar que toda nuestra tecnología es un lancha que desesperadamente trata de remar siempre contra marea.
Como si la libertad fuera ir dando siempre la contraria.
