Revista Talentos
Quedan quince minutos, cuarenta segundos y tres milésimas. Parece solo un rato pero se me está haciendo eterno. Hace tiempo hubiera deseado estar en este preciso momento, ahora sé que la ansiedad permanecerá hasta rebasar la última milésima. Para entonces habrán sido, exactamente, veintidós años y un día de espera.