Amo al ser humano puro, sin rencores. Aquel que realiza sus actos en la desesperación lo evito. Es la ley de la primera persona, del ejercicio de espontaneidad.
Muere occidente, y con él el mundo conocido. Agoniza la falsa verdad, el engañoso misterio. No debemos dudar de aquello que conocemos, aunque sea maravilloso, es vivencia, es realidad.
Los primeros filósofos aprendieron a ser, a estar, a permanecer. Spinoza en cambio era el maestro. El pensador de la naturaleza. Platón y Spinoza evitan los problemas, las insinuaciones.
Todos buscamos un método real. Todos menos los gilipollas. Aquellos que se creen algo en la nada.