Revista Diario
Más allá de la discusión entre la opinión médica y la opinión detractora, la 'Ley Timerosal' - en Chile - es un síntoma preocupante.Ya estoy demasiado viejo para creer que la gente actúa con criterio, sentido común y basándose en evidencias. Eso es una ilusión. La gente cree y afirma cualquier cosa. El creer o no creer algo es más bien una decisión personal basada en un 99% de los casos en lo que alguien quiere creer. La información verificada, las evidencias científicas y la opinión de los que saben más sirven para fines de limpieza del recto entre 'la masa'.Pero cuando esta opinión popular, basada en nada, fermentada en rumores y sazonada con conspiraciones llega a ser parte del Gobierno de una nación - es que esa nación va muy mal.Con la 'Ley Timerosal' Chile se monta en el mismo caballo populista, destructivo, retrógrado y sensasionalista de los regímenes de Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Fernández, Nicolás Maduro y etcs.El pasar una ley basándose en 'información' sacada deuna página web dedicada a las conspiraciones paranoicas y en ideas chamánicas sobre ciencia y medicina es, por decir lo menos, súper irresponsable.El problema es que esa es la gente que gobernará Chile por cuatro años, ese es su nivel cultural y ético. Tomando en cuenta esto, desde ahora los niños chilenos no se vacunarán (por lo tanto enfermarán más), y sus padres consumirán en triple de ansiolíticos.Yo esperaba que el senador Tuma y los demás racistas del nuevo gobierno fueran el gusano de la manzana, que en realidad no tuvieran mucha influencia en él, pero lamentablemente no es así, ellos, como estos del Timerosal son la esencia de la 'ideología' del nuevo gobierno: una peligrosa mezcla de populismo e ignorancia.Pobre Chile.Relacionado: Malos principios.