La libertad de luchar por un ideal

Las bolsa de valores se caen, las poblaciones del mundo se levantan, se hacen escuchar desde Chile hasta Londres. Pueden gritar, correr, escribir en papel o en la red, plasmar sus ideales, dejarlos correr por la tinta o la web. Pueden hacerlo hoy, mañana, cuando lo consideren necesario hasta decir: me voy a casa o comer, me duele la garganta de tanto gritar, los pies de tanto correr y las manos de tanto escribir. La RAE tiene diversos significados para este término, entre ellos: 1. Conjunto de fuerzas aéreas o terrestres de una nación. 2. Gran unidad integrada por varios cuerpos de ejército, así como por unidades homogéneas y servicios auxiliares. 3. Colectividad numerosa organizada para la realización de un fin. 4. Antiguamente, conjunto de tropas militares con los pertrechos correspondientes, unidas en un cuerpo bajo las órdenes de un mando. El ejército de indignados no se encuentra en ninguna de éstas definiciones, sin embargo, crece segundo a segundo. Primero como una idea, después, ella se apodera de sus cuerpos y los hace correr, gritar, escribir y anhelar ver en otros ojos un alma tan indignada como la suya, pero dispuesta a luchar. Este ejército tiene como única bandera sus pensamientos y como único territorio su cuerpo. No se trata ahora de luchar por un pedazo de tela o por kilómetros de tierra, porque para eso ya lucharon millones de hombres a voluntad o sin ella. Somos producto de la lucha de miles de ejércitos, de miles de batallas libradas, somos producto de sangre derramada por hombre y mujeres que muchas veces no tuvieron la oportunidad de elegir: mueres si no luchas o mueres en la lucha. Ahora que no hay levas, no hay más voluntad que la nuestra.

Daniela: Estoy indignada. Estoy en la primera fase :)