Semanas atrás perdí las llaves de mi auto, busqué por todas partes sin resultados positivos. Los amigos me recomendaron que cambie la cerradura del auto, otros que me encomienden a San Pascual Bailón, que tome vitamina B12 para no olvidar cosas o que pruebe con la radiestesia.
Angustiada busqué en la web algún hechizo, rezo o novena para no tener que pasar por el cerrajero y encontré un sencillo ritual para encontrar objetos perdidos, la promesa era que en 10 días tenía que encontrar el objeto, caso contrario ya nunca más lo encontraría, decidí probar suerte sin muchas expectativas y un poco resignada calculando el costo de cambio de cerradura.
El ritual consistía en poner boca abajo un vaso de vidrio vacío en un lugar que nadie más pueda acceder y repetir la siguiente oración:
He capturado la nada en un vaso,Nada como la que hay en mis manos.Cuando mi objeto retorne,Liberaré a la nada que he capturado. Seguí el procedimiento al pie de la letra y me olvidé del asunto hasta que al octavo día desperté con ganas de hacer fotos, era un domingo soleado y hermoso, agarré mi celular buscando la foto del día y en un momento al enfocar unas plantas del jardín; veo mi llavero de la Torre Eiffel ¡Posando para la foto!
Llavero
La foto la tomé un instante antes de percatarme del feliz encuentro de la llave. Luego de los agradecimientos a San Pascual Bailón y a la Huawei P20 fui hasta el lugar secreto para liberar la nada capturada y con ese sencillo acto recuperamos la llave perdida y conseguimos una buena foto
Los rituales funcionan porque nos conectan con el inconsciente y el trabajo simbólico es el lenguaje de la psique, en este caso al “capturar la nada en un vaso” enfoca la atención de tal forma que el vaso boca abajo simbólicamente se convierte en una caja que contiene el vacío que ha dejado el objeto extraviado, se trata de conectar con el inconsciente hablando su lenguaje: el lenguaje de los símbolos.