Revista Diario

La mala madre...¿yo?

Publicado el 17 abril 2013 por Elva
La mala madre...¿yo?   De vez en cuando una idea me sacude la cabeza. Un pensamiento se apodera de mi cerebro y me hace pensar si será cierto o no. Si soy o no soy una mala madre. Mi yo consciente, mi yo  lógico, me dice que no. Ni buena ni mala, soy una madre normal, con sus defectos y sus virtudes. Una madre, que comete errores y aprende día a día de ellos. 
  Sin embargo, esa idea sigue dando y dando vueltas en mi cabecita desde que tengo blog, en breve hará 2 años, ¿por qué?
  Cuando comencé a escribir Cuando olía a vainilla me di cuenta que era una madre diferente (a la mayoría de las madres blogueras), lo cual no implica nada malo, sólo que era diferente, mis experiencias eran diferentes, mis opiniones distintas pero, insisto, no por ello peor o mejor
   Fuí madre lactante hasta que mi piojo dijo "basta". A los cuatro meses, para incorporarme yo al mundo laboral, comenzamos con la lactancia mixta y no me produjo ningún dolor el tener que hacerlo. Miento, a mi bolsillo le dolía. Casi 20€ costaba cada uno de los botes de leche, casi 2 a la semana pero no tenía tiempo para estar con el sacaleches, el poco tiempo que tenía se lo dedicaba a mi piojo y en vez de estar con el sacaleches. Al quedarme en casa por baja laboral no volví a darle el pecho en cada toma al piojo, una el seguía en la guarde, dos yo esperaba regresar al trabajo. Y no lo digo por justificarme porque no creo que sea necesario.
   Yo opté por la lactancia materna pero no veo nada de malo no hacerlo. Cada uno elige la opción en la que crea o, simplemente, la que pueda. Y pienso que el resto ha de aceptar esa opción, al igual que cuando votamos todos aceptamos al partido que ha salido aunque no fuera nuestra opción. Así funciona la democracia, la libre elección, por eso, ni entiendo ni entenderé que se lancen al cuello de aquellas madres que deciden no dar de mamar.
  Sí, dar de mamar es beneficioso para el bebé y para la madre pero no va a dejar de ser un niño sano por no mamar y tomar leche de fórmula.Así que considero una locura cuando se dice que la leche de fórmula ha de ser con receta médica, etc...
   Esa es la primera de las razones por la que a veces me viene a la cabeza la idea de ser mala madre. Y no, no creo que lo sea.
   El segundo motivo viene de la mano de los pañales. Y esa....ufffff....me supera...Si hay algo en lo que creo que tenemos una suerte increíble es en la cantidad de marcas y tipos de pañales desechables con los que contamos hoy en día. ¿Ponerme a lavar pañales de tela? ¿Tener que estar lava que te lava como le tocó a mi madre?
   No gracias, prefiero ser mala madre y tirar los pañales a la basura. Otra cosa sería que mi piojo tuviera algún tipo de alergia y me tocara hacerlo por obligación pero no es el caso, afortunadamente. ¿Las defensoras de los pañales de tela volverían a los paños higiénicos que usaban nuestras abuelas cuando tenían la menstruación?
   ¡Vivan las compresas! ¡Vivan los tampones! ¡Vivan los pañales!
   El tercer motivo para ser mala madre es mi no colecho. No solo no hemos colechado sino a los 3 meses mi piojo estaba en su propia habitación. Lo siento pero no me gusta. No es para mí. Muchas veces ha pasado el piojo entre el padre y yo y ufffff....a la mañana siguiente no somos persona porque es imposible dormir con él.¡No para de moverse en toda la noche!
   Además, no solo soy madre. Soy mujer y persona, con ello quiero decir que necesito y quiero mis momentos de intimidad con mi pareja e incluso siento la necesidad de echar de menos a mi piojo. Sí, es muy bonito despertarte un fin de semana con el piojo y jugar con él en la cama pero como anécdota, como día extra.
   Cuarto motivo de ser mala madre. A los 4 meses mi piojo entró en la guarde por obligación. Yo me incorporaba al trabajo y no había otra posibilidad. Con otra posibilidad me refiero a contratar a alguien que se quedara en casa. La opción de mi madre descartada, una vive lejos de nosotros, 4 horas de avión, dos es su abuela no su madre. Ella ya nos ha criado a mis 3 hermanos y a mí. 
   Hasta ahí todo bien pero cuando me quedé en casa nunca pensé en dejarlo conmigo. El piojo siguió en la guarde y tan feliz. Es más este año ha tenido que quedarse en casa y yo ya tengo la necesidad de echarlo de menos. Necesito separarme de él. ¿Soy mala madre por ello?
   Y , bueno, en estos días he descubierto que hay un quinto motivo. He sido madre mochilera. No, no...no uso mochila para ir de viaje soy muy pijita para eso, yo soy de maleta de ruedas y hotel para desgracia de mi boyscout particular, je je je. He sido madre mochilera. Hasta hace un par de días creía que había usado la mejor mochila del mercado y ahora resulta que he sido mala madre por ello. Ahora lo guay es usar los pañuelos que con tanto arte han usado siempre las africanas.
  Africanas a las que veía entrar en mi clase y las admiraba por llevar a sus niños con tanta soltura. Por ser capaces de hacer unos nudos tan fuertes de que el peque no se le cayera. Nunca me he escandalizado ni criticado sus usos y modas. Ni antes ni después de trabajar con ellos y para ellos. Pero, más de una que los criticaba por usos tribales ahora lo defiende y bueno me parece estupendo pero si quiero llevar a mi hijo en un carrito no se va a hundir el mundo. No voy a querer menos o más a mi hijo.Vuelvo a preguntar ¿soy mala madre?
   Si busco seguro que encontraré un quinto, sexto....etc motivos pero yo sigo teniendo mi consciencia tranquila porque creo que no quiero menos a mi hijo por no haber hecho todo lo que ahora está de moda y , sobre todo, porque le estoy enseñando a mi piojo a respetar las ideas de los demás.
Besitos avainillados   
  

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