La cuestión es que nunca lo había visto en directo hasta que el año pasado me enteré de que actuaba en mi chiringuito favorito de Zahara de los Atunes, el pueblo donde mi familia veranea desde hace años. Y me vine arriba, claro, y traté de que mi fin de semana largo libre en el curro coincidiera con su actuación para poder verle. Una semana antes de ir ya estaba yo aprendiéndome todas sus canciones en youtube, bailando sus temazos por las esquinas (a dieta de dietas) y poniendo sus rumbas románticas a mis estudiantes en clase, para expandir su arte internacionalmente.Llegó el jueves marcado de morado en el calendario y ale, corriendo pa Zahara dando saltos cual Bambi extasiado.Y llego allí y no sé qué pasó que tuvieron que posponer la actuación por motivos de fuerza mayor (igual estaba indispuesto el muchacho de tanto pescaíto) hasta el finde siguiente, y me cambiaron el concierto por los Aslándticos, que no están mal pero los tengo ya más vistos que mi ombligo, que ya es decir.AL CARAJO EL KANKA.
Año 2017. Agosto. Me entero de que el sábado 12, noche de Perseidas, el Kanka actúa en el Muelle 1 de mi ciudad. Concierto preciosísimo oliendo a mar y a jazmín y encima gratis. Que si hay que pagar se paga, eh, pero. Me vengo arriba, claro. Me paso toda la semana pensando en esa noche, haciendo planes y volviendo a poner las listas de Spotify con sus discos en bucle. Sería un finde redondo: el viernes a medianoche vería los fuegos artificiales de inicio de la feria desde la playa, el sábado pasaría el día en la piscina y por la noche iría a cenar por el puerto y después al concierto.
Llega el viernes por la tarde-noche, víspera del Kanka y primer día de feria, y me caigo por las escaleras de la escuela. Como soy medio norteña yo me dije... nah, esto es un golpecito, en nada se me pasa el dolor, y seguí dándolo todo en una clase de salsa con posteriores saltos de karaoke. Acaba mi jornada laboral, me voy a tomar algo tranquilo al parque con mi vasco favorito y sus colegas y observo algo ofuscada como mi pie empieza a mutar en un ser del mal amoratado y henchido
Se confirmaron mis temores: era un esguince muy bonito. Pero no te preocupes, princesa, que esto te lo vendo y en unos días estás como nueva. Pero cómo que unos días: yo mañana tengo que ir a ver al Kanka.
Que no, Bea. Que reposo absoluto y drogas. Que yo esto te lo vendo muy bien, pones el pie en alto y la semana que viene ya veremos.
EA. AL KARAJO EL KANKA, 2.
Y encima con recochineo, que justo al salir del hospital escuché los fuegos artificiales, a lo lejos.
Yo creo que alguien me ha echao mal de ojo o algo, pero esto ya me está tocando el rizo. ¿Me he caído por casualidad, o porque estaba destinada a no ir al concierto? Plataforma para que el Kanka dé un concierto privado en casa de la Rizos ya; que alguien vaya creando el change.org .
En fin, que sigo viva aunque escriba poco. Espero que vuestro verano esté siendo infinitamente mejor que el mío y que hayáis podido ir a todos los conciertos del mundo.
Menos mal que tengo a Nico para cuidarme.