La marca del nombre - Variaciones -

Publicado el 19 abril 2012 por Adriagrelo
Qué es un nombre? Recordemos este diálogo de Romeo y Julieta:
" Mi único enemigo es tu nombre. Tú eres tú, aunque seas un Montesco. ¿Qué es «Montesco» ? Ni mano, ni pie, ni brazo, ni cara, ni parte del cuerpo. ¡Ah, ponte otro nombre! ¿Qué tiene un nombre? Lo que llamamos rosa sería tan fragante con cualquier otro nombre. Si Romeo no se llamase Romeo, conservaría su propia perfección sin ese nombre. Romeo, quítate el nombre y, a cambio de él, que es parte de ti, ¡tómame entera!
Te tomo la palabra. Llámame « amor » y volveré a bautizarme: desde hoy nunca más seré Romeo.
¿Quién eres tú, que te ocultas en la noche e irrumpes en mis pensamientos?
Con un nombre no sé decirte quién soy. Mi nombre, santa mía, me es odioso porque es tu enemigo. Si estuviera escrito, rompería el papel.
Mis oídos apenas han sorbido cien palabras de tu boca y ya te conozco por la voz. ¿No eres Romeo, y además Montesco?
No, bella mía, si uno u otro te disgusta."
Sin embargo otros consideran el nombre como marca, identidad, bandera. Todas estas voces que a continuación transcribimos nos darán cuenta de la importancia de llamarse....
Los invitamos a escribir acerca de su nombre, jugar con sus letras, contarnos su historia.
Ciertas vocales abiertas evocan la claridad, la redondez. Cuando elijonombres para hipotéticos hijos, los que no tuve,pienso en nombres de mujer con A, bastanteA,que traiga luz y sonoridad. No fuepor esas razonesque decidió mi padre.
Pero por lo que fuere, la A domina mi nombre; una vez sola, otras, acompañada.Cantarina ele, cerrada bilabial y un final con diptongo para quebrar tanta abertura.
Heredado, sinvibración ni estallido, se desliza como el balbuceo infantil haciala gravedad española; mi signo más neto deidentidad, mi nombre.  (Amalia Catania) De padecerlo pasé a sentir que me poseía. Su salvajismo dio forma a mi identidad ajena, anárquica, intensa. Él me eligió, yo sólo debí aceptarlo en el documento, la cabeza y la piel.
Se manifiesta si escribo, si canto o si hago el amor. Sobretodo a la hora del amor. Cuando el otro lo pronuncia entro en el vórtice de ese sonido que por decreto alguien dejó afuera de la civilización.
Al hacer de la entrega el fin de mi placer soy extraña, alocada, barbárica. Es por él que mi extrovertida apariencia se torna voraz y tomo a mi hombre dejándome llevar por una explosión de sentidos.
Araño con brutalidad controlada su espalda. Le recorro el cuerpo con mordiscos en los que escondo la ferocidad de mi libido. Mientras me pierdo en su ingle sorbo extasiada los fluidos obsequiados. Y, ya a punto de fagocitarlo, cierro las fauces y abro las piernas con primitiva pasión  (Bárbara Benitez)
Es el primero y no me gusta, lo dejo alejarse para que nadie pregunte siel segundo es ese solo. Está la I encerrada entre dos consonantes que nadatienen que ver la una con la otra, es como si se enroscaran entre los dientesenredándose en sus raíces produciendo un confuso sonido chirriante. Después otra consonante solitaria medio larga, tajante, típica, terca de la manode una vocal intrépida llena de alegría,  de asperezas, de algo y nada. Esbreve. Cinco letras y no me siento identificada. Lo odio.  (Mirta Beatriz López Siritto) 


EN TUSLABIOS
El arco dibuja su primer consonanteabriéndose al febo rey cuyo nombre idolatra.Los griegos me llamaron venerándome Artemisa.Su impronta signa mi naturaleza.Instinto arremolinado,    danza salvajey primitivade ninfasdescalzas en el bosque nocturno de tus labios.

  Diana Espíndola

Esperaba mi nacimiento, yo era elelegido. Enmudeció en medio de misllantos al verme y con un firme acento exclamómi nombre… fuela dulce vozde mi madre. A partir de ese instante ya sabía quien era .Con avidez mispupilas se orientaban hacia la sonoridadde aquella palabra. Mientras tanto agitaba brazos y piernas de contentogracias a aquellos dulces labios que pronunciaban mi nombre.Hoy a los sesentame siento más dueño que nuncacuandolo escucho.
Héctor J. Villafañe
Comienza como si quisiera echar o asustar aalguien. ¿Será que quiero impresionar cuando me nombro?Termina con una segunda sílaba dulce. Mimadre así se llamaba, con solo tres letras suaves.Como lo decían en casa no me gustaba, nisiquiera en diminutivo. Entonces explicaba que era en honor de mi bisabuela,que tuvo la mala suerte de morir un día antes que yo naciera.A pesar de eso nunca me inventé otro, comosolían hacer mis amigas en la adolescencia. Ahora me gusta, en realidadreconozco que no podría llevar otro que no sea el mío. Juana PereiraEsa segunda letra… por la que siempre luchopara que lo escriban bien, ésa con forma de gomera y de hueso de la buenasuerte, ésa precisamentemarca el origende mi nombre,el que llevo desde elprimer berrinche en el hospital después del chirlo de la enfermera.Hubiera querido responder con mi molde físicoa los cánones de belleza que el origen supone, tener un perfil que merezcaesculpirse, pero ni siquiera tengo ojos claros ni pelo rubio (menos ahora quelo tiño de blanco).Soy una bellezahelénicabastarda, con rumor de acequias en las venas y vides en mis recuerdos yaprendía bailar chacareras en lugardelZorba. Para colmo de desgracias, enmi segundo nombre se olvidaron una hache, total si no hace ruido ¿para qué seiban a preocupar? Y por culpa de esa hache fugitiva, me quedé sin encontrar alpríncipe Paris cabalgando en su caballo de madera gigante y tramposo.
Lydia Carabajal
Nombre compuesto. E n el primero la profusión de letras virginales remite a la espiritualidad. La sonoridad reside en su unión con el segundo. Entrelazados se robustecen.
Nombre con alcurnia y abolengo decía mi madre levantando el mentón como si el hilo invisible de la historia la estirara quien sabe hasta donde. Abolengoooo recalcaba y fruncía la nariz mientras se llenaba de tanto orgullo que parecía a punto de explotar.
Por ser ella portadora del mismo nombre compuesto heredado de sus ancestros suponía que esa marca en el orillo despertaría mi vanidad. Lejos de eso cargar con un nombre  que no era solo mio y encima con el abolengoooo era  demasiado, el peso me agusanaba. Para complicar más el panorama mi padre, ignorante de todo lo que a la nobleza se refería y tal vez en un intento por diferenciarme del resto de parientes homónimos, empezó a llamarme apocopando el primero y anteponiéndole el artículo la. El artículo la que para los porteños vulgarizaba cualquier nombre era bien visto en el interior.  Así según quien me llamara yo era aristócrata o vulgar. Las familias se dividieron marcando unas diferencias que ya existían pero de las que yo ,con mi autoestima desteñida me hice cargo. Resultó entonces que la familia paterna usaba el apocopado y la materna el otro. Por momentos sentía que tenía tres nombres y cuando, en el cine apareció una película nacional cuyo título era el famoso apócope con artículo y todo mi madre estalló, no por el nombre por el que ya no discutía sinoporqueademásdevulgarespuralujuriaaaaaaa y estirando ahora la mano daba un portazo mientras mi padre seguía leyendo el diario.
Para mi nada cambió , me sentía diferente en el mundo de las Mirtas, Gracielas,  Alicias mi nombre me sonaba antiguo. Ahora no pienso lo mismo hasta me parece original, será porque hace muchos años que lo llevo.
En mi adolescencia otro episodio hizo famoso mi nombre. Esta vez el segundo apareció como título de una zamba que cantaba todo el mundo. A partir de ese momento cada vez que me presentaba me sorprendían con los acordes. Claro que la fuerza era llevar los dos juntos. Terapia mediante me apropié del nombre compuesto y lo adopté por elección. Lo hice mio. Ahora si es mi marca, mi esencia, soy su dueña y es mi orgullo. Creo que se cumplió en parte el deseo de mi mamá pero de tan mio que lo siento este nombre morirá conmigo.
   María Angélica Larocca
Increíble que elladijera que yo era su todo, su vida entera desde la mismísima concepción, desdela interna afirmación de saberse embarazada y, luego del parto, me nombrara enopuesto.Crecí con una ideaequivocada del afecto, tambaleando entre un cariño mal dado con manotazos deabandono disfrazado. Me dormían entre cuentos de hadas que no me registraban, arropándomecon el amor sofocante de la posesión.Mientras ella seaferraba a mi existencia y creaba una simbiosis de dolor, controlaba cada paso,me nombraba cada miedo, marcando entre caricias esas cinco letras inundadas deabismo, de si me paro en el borde me caigo, de si me doy la vuelta me pierdo enel laberinto.El eco suelto crecióconmigo y de repetirse se quedo.Del “no te veo, no estas,no sos” maduro el “nadie te ve, nadie sabe de vos. Sos nadie en este mundo detodos.”Con los años,malparida y sobrante de terror me empeñe en desterrar esa E decorada concicatrices. Y en el mientras tanto de sudor, te envié mis ojos por correo, parabuscarte, para sanar mi corazón, para abrirte un rincón de mis secretos y jugaral “quedate conmigo y yo con vos”, a que me destapes por las noches y yo mecure y te escuche, bajito, bajito: “Nadie podrá amarte mas que yo”.
Nadia Settecasi
En el nombrede realidades, utopías y batallas ganadasAyerSe sentía frío, en el más amplio sentido de la palabra. Y como broche,la l pegada a la d, se convirtió en el trabalenguasde rigor. Ni romántico, ni dulce, ni raro. Cómo decir nada. Y para llenar el vaso de lafrustración, cuatro o cinco rivales, ganando en la memoria de todos.Sin embargo, nada es aparenteNno nacistepara dibujar, ni pintar, ni escribir. Sos mujeri   ilusiones. De eso no se vivel   lectura. En estos tiempos,hay que invertir energía sólo en los libros sagradosd   dudas, de todo, menos sobrediosa   amor, sinónimo de vanidad.Hay que dar sin esperar
Hoy
Sobrevuela en mi vida un pájarode papel, convertido en letra viva, al que perfumo con mis sueños, amores, palabrasy mi libertad de elegir. Símbolo, metáfora o vaguedadque permite al espíritu convertirse en un vuelovictorioso. N no nací sabiendo dibujar,pintar, ni escribir. Conocí el desafío de aprenderiilusiones nunca faltan. Son el condimento demis díasllecturas, me transformaron enla amante insaciable de todo lo bueno que meofrece el mundod dudas, a veces y sobre todo de diosa amor, sinónimo de la pasión por vivir
Hijas del fuego eternamente encendidolas chispas existen como espiralde luciérnagas que paren la luzAtreverse a volar sobre el abismo, es eldesafíoLa creación no es otra cosa que labatalla a la ignoranciallamada prohibiciónNilda Marruco
Vasto trabajo me ha dado mi nombre. Trabajo de pérdidas y recuperos.
Sabía su origen bíblico pero dado que mi padre fue anarquista practicante, siempre me extrañaron dos cosas: que se interesara en la Biblia y me enseñara a leer con los titulares del diario La Prensa.
Como sea, la vida no me dio tiempo a preguntarle. Además él lo suplantó con un sobrenombre. Me contaron que cuando jugaba conmigo de bebé  me llamaba afectuosamente mamita que derivó en Mita y me ha pesado toda la vida pues yo no soy la mitad de nada.
Por épocas logré recuperar mi nombre oficial, que me calza como un guante, pero siempre aparece alguien  que reflota el apodo.
Finalmente, logré un equilibrio en mi dirección de correo electrónico.
   Noemí Müller

No me gustaba que me llamaran así cuando niño. Salía de la moda, eradiferente. Como no quería ser distinto me inventaba apodos, acepte los que mepropinaban.Pasó el tiempo, crecí. Al empezar a reflexionar más en las palabras demi padre y en su obra, comencé a sentir afecto por mi nombre.Tiene sonoridad. Aunque parezca machista, fue creado para hombres. Nopuede ser llevado como la mayoría mediante una vocal al género femenino.Para ellas me agradan los de mujer que describen a la dueña. O los quefluyen con suavidad, dulzura.El mío tiene una sola vocal. Fuerte, rotunda, parece evocar el círculode los escudos de antiguos guerreros germanos. También a quienes no aceptabanculturas extrañas.Tiene carácter. No son muchos los personajes famosos que lo usaron.Comienza como un rugido, que puede ser también canción de cuna. Siguecomo un desliz del habla, que atempera la primera silaba; termina firme con lamisma vocal como diciendo ¡acá estoy!Comparto mi nombre con mi hijo y un nieto. Tengo la esperanza de queellos lo usen con orgullo como yo.      OTRO.Suena duro, lo sé. Quien lo oye y no me conoce puede hacerse una ideaequivocada de mi carácter. Pero me agrada. Afirma mi personalidad.Solo una vocal le basta para expresarse. Se repite tres veces. Essonora, cerrada, fuerte.Comienza como si fuera una orden militar perentoria; sigue como tomandoaliento con otra silaba que acompaña. Termina afirmando la primera.Sin embargo, no me gustan las ordenes, menos las marciales.Y es raro, pero me siento orgulloso de usarlo.      RodolfoFalchetti