“No creamos productos que lleven a los clientes a pensar ‘esto es lo mejor’ o ‘debo tener esto’. Queremos ofrecerles una sensación de satisfacción razonable: ‘quizás no es lo mejor, pero es suficiente’. Mejor pasa a ser sinónimo de ‘suficiente’ o ‘satisfactorio’ “. Mensaje de MUJI
Hace un tiempo analizamos en blogARQ la importancia que tiene el logo de una empresa. Vender los valores de un trabajo hasta el final a través de la utilización de un elemento que se repita en cada pequeño esfuerzo que realiza la empresa. Un pequeño gesto que nos lleve a asociar muchos valores al instante. Pues bien, en MUJI se están empeñando en demostrarnos que esto no es así; y por ahora, parece que el sentido común les da la razón.
Muji es una empresa nacida hace ahora 32 años en Japón y centrada en el diseño, la elaboración y la distribución de artículos del hogar basando sus valores en el minimalismo, el reciclaje y en la política del “no-logo”. Sin ir más lejos, Muji es la abreviatura de Mujirushi Ryohin, ‘productos de calidad sin marca’ en japonés. Muji nace en 1980 como una marca independiente de la compañia privada The Seiyu; un nacimiento que estuvo acompañado únicamente de 40 productos, 31 de ellos de alimenación y 9 de artículos para el hogar. Una cifra lejana de los 8000 artículos que tres décadas después distribuye en el país nipón.
Al poco tiempo Muji se escinde de The Seiyu y apuesta por la internacionalización de sus establecimientos, que ya habían calado hondo entre la sociedad japonesa. Para ello, la empresa establece lo que denominan ‘ciudades Muji’, ciudades cosmopolitas, con gusto por el diseño contemporáneo y donde los pisos suelen caracterizarse por su escasa superficie. Así, se implanta la primera tienda fuera de Japón en el Reino Unido. Tras ella llegarían Hong Kong, Singapur, Francia, Irlanda, Corea, Taiwán, Suecia, Italia, Noruega, China o Alemania. A España aterrizan en 2006 con la apertura de dos tiendas en Barcelona y otras dos en Madrid. Al mismo tiempo que se abría el mercado tailandés. Su última incursión, el mercado estadounidense hace ahora 5 años.
Muji se funda con la idea de que la gente valore los productos por lo que son; esto es, por su diseño, su calidad, su funcionalidad y su precio, y no tanto por la marca y el envoltorio. A todos estos condicionantes del diseño se le une uno más, probablemente el más fuerte, su origen japonés. Como resultado de esto se diseña un producto orientado a este público a través de elementos funcionales muy simples que evitan recargarse de color con la finalidad de que los ambientes japoneses, ya de por si pequeños, puedan parecer más pequeños. Unido a esta teoría, aparece el concepto del ‘no-logo’ que pretende evitar ese síntoma que yo definiría como ‘estrés visual’ a través del cual nos agotamos de percibir tantas y tantas marcas a lo largo del día.
Llegados a este punto aparece un concepto que me parece importante recalcar. Y es que Muji al contrario que muchas marcas de diseño presenta unos precios asequibles para todo el mundo, principalmente basándose en la funcionalidad ya comentada. Analicemos esto. Si se fijan, de manera casi natural, asociamos como norma general el diseño con el precio. Me viene rapidamente a la mente el caso de Apple. Cuando uno elije un producto de la marca Apple lo hace a sabiendas de que gastará más pero a cambio obtendrá un mejor diseño. Creo que este punto del diseño actual está equivocado. El diseño es la reducción a lo más elemental, eliminar todas esas barreras ornamentativas que nos alejan del uso al que se destina un objeto. ¿En qué punto perdimos la cabeza y empezamos a cobrar más por reducir?
Para acabar este pequeño análisis me gustaría que volviésemos al principio. Hace falta ser muy valiente para vender tus productos dejando claro que probablemente no son los mejores. Pero entonces, ¿por qué la gente compra Muji?, ¿por qué la gente no busca lo mejor?
Porque los diseños de Muji no mienten. No veras una marca con la que puedas alardear delante de tus amigos, no verás un material que intente disfrazarse de otro, no verás una sóla muesca que no esté realizada por algún motivo. En Muji todo, absolutamente todo, queda reducido al diseño y eso unido a sus precios es lo que ha hecho de ella una gran marca que ha sido capaz de atraer a todos aquellos que aman este mundo y que, por consecuente, como suele ser habitual, acabará atrayendo a todos hacia ella.
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