
Querida Vero, soy tan absurda y tengo las neuronas tan vacacionales que he empezado la entrada cantando (y escribiéndolo, que es peor) "cuuumpleaaaaños feeeeliz...", para a continuación darme cuenta del gazapo y pasar a otra versión: "cuuumplemeeeeses feeeeliz...", y volver a aterrizar y asumir que estoy

Para esta edición especial había elegido la C de Capacidad, después de haber ido la semana pasada con la C de CÁNCER y haber purgado mi alma a toque de lágrima y recuerdo. Sin embargo, a unas horas de publicar la entrada ya preparada... ¡Pam! Me da por cambiar. Y como soy (un poquito, cuanto apenas) de ideas fijas, si no hago el cambio, no voy a quedarme tranquila. Así que aquí estoy, robándole un rato al tiempo que no tengo para ir con la H de Hermanos. ¡Anda! Que no, que me dice Vero, vía TW, que esa la había cogido ya alguien... Pero nuestra querida Vero es una madre muy consentidora y, a pesar de todo, me dice que me dejaba hacer el cambio. El caso es que a mí no me parece de ley, que aquí no se trata de chafarle la idea a nadie, así que, le acabo de dar un giro y mira tú por dónde, casi que me gusta más. Definitivamente, voy con la C de nuevo, y me quedo con COMPLICIDAD y CÓMPLICE. Que, al fin y al cabo, es lo que me inspira a mí la palabra HERMANOS.
Vamos allá con la definición que nos dan los honorables miembros de la RAE para la feliz palabrita.
complicidad.1. f. Cualidad de cómplice.Real Academia Española © Todos los derechos reservados
cómplice.
(Del lat. complex, -ĭcis).
1. adj. Que manifiesta o siente solidaridad o camaradería. Un gesto cómplice.
2. com. Der. Participante o asociado en crimen o culpa imputable a dos o más personas.3. com. Der. Persona que, sin ser autora de un delito o una falta, coopera a su ejecución con actos anteriores o simultáneos.Real Academia Española © Todos los derechos reservadosTengo que confesaros que pongo las definiciones por pura inercia, porque puestos a seguir en mi línea indomable de hoy de "voy a romper con toooodas las normas, cambio de última hora incluído", esta noche no pienso hacerles caso.CÓMPLICE es una palabra que no necesita definición cuando va de la mano de HERMANOS. O al menos esa suerte he tenido, y tengo, yo. Así lo siento y así lo vivo. Y ha sido esta mañana, al publicar mi foto del Miércoles Mudo de Naturalmente Mamá, cuando, una vez más, he sido consciente de cuantísimo adoro el amor de hermanos que se tienen mis hijos.Cuando tuvimos a Pichu, y conforme pasó el tiempo, mi marido y yo, que queríamos tener nada más y nada menos (o eso decíamos en la efusividad de nuestros comienzos) que cuatro retoños, nos dimos cuenta de que "así" estábamos bien, y de que nos empezábamos a acomodar siendo tres. Reconozco que yo fui siempre la primera en decir "¿Y si nos quedamos como estamos?". Supongo que el cúmulo de circunstancias
Pichu está resultando ser la hermana mayor más dulce, más protectora, más paciente y más comprensiva del mundo. Y, evidentemente, ante tal muestra de amor y espacio, su hermano no puede hacer otra cosa que adorarla, mirarla con cara de enamorado, buscar su voz y su mirada constantemente, y, sobre todo, ingeniárselas para hacerla reír a toda costa. Cada minuto que pasan juntos, cada momento que viven y comparten sabiéndose CÓMPLICES me hace darme cuenta de que les hemos dado el mejor regalo del mundo. Nuestros hijos tendrán siempre en el otro su compañero fiel de batallas, de alegrías y penas, de escaladas y bajadas, de aventuras... Juntos encontrarán tesoros, adoptarán bichos y los esconderán por casa, lucharán contra piratas y se enrolarán en sus barcos, rescatarán príncipes y princesas, atraparán duendes, volarán con las hadas de las estaciones, harán migas con dragones alados que tiren fuego de colores, patinarán sobre el arco-iris, harán pasteles de arena de muchos pisos, botarán las olas, correrán sobre la hierba, tirarán piedras al río para ver quien la lanza más lejos, cambiarán cromos, dibujarán en las paredes, saltarán en el sofá y en la cama, nos tomarán el pelo, se esconderán en los armarios, se pintarán la cara y el cuerpo, harán figuras de barro, se cortarán el pelo jugando a peluqueros, jugarán a ser mayores, escribirán juntos a los Reyes Magos y a Papá Noel, comerán chucherías y chocolate a escondidas... Y todo eso porque ser HERMANOS es ser CÓMPLICES. CÓMPLICES de vida. CÓMPLICES y amigos.Si lo veo así es porque, como decía antes, he tenido y tengo la suerte de tener tres hermanos que son mis CÓMPLICES DE VIDA, compañeros incansables de viaje, de risas y lágrimas, en lo bueno, en lo no tan bueno y en lo peor. Porque con mis hermanos le he dado la vuelta al mundo y nos lo hemos puesto a la espalda. Porque con ellos es todo más sencillo. Porque con ellos la vida, que a veces es tan
Porque juntos podréis con todo. Porque unidos os pondréis el mundo por montera y escalaréis hasta el pico más alto sin desfallecer. Porque vuestra complicidad será siempre vuestra mejor baza. Porque vuestra felicidad será la huella que marcará siempre el corazón del otro.CON M DE MAMÁ Y C de CÓMPLICE

