Ya era discutible si el promedio de quienes se encuentran ocupando las posiciones de poder representa o no los intereses de la nación en su conjunto. Sin embargo, se suponía que al menos existiera la decencia.
Los aprestos del grupo dominante por mantenerse en el poder han carcomido hasta la vergüenza y desafiado la capacidad de asombro. Espero que en las decisiones ciudadanas pueda más la necesidad sentida de revivir la merecida esperanza para la nación que la gallardía y voracidad de los que la destruyen sin conciencia ni piedad.Cristino Alberto Gómez
19 de julio del 2019@CristinoAlberto