Lo tenía todo preparado: la idea, el papel, el lápiz, las tijeras, la cinta de medir, ¡incluso la cola! Sólo me faltaba encontrar el momento, las ganas, la motivación... Ya sabes los estragos de la pereza algunas veces, y las prioridades, otras.
Pero Leticia (de Vintage&Chic), en este vídeo de Reciclarte, recordando la importancia de vestir el interior (“como la lencería”, dijo), llegó en el momento en que todo estaba listo, incluida yo.
En otras ocasiones lo había hecho con papel más fino (como en esta mesilla), pero esta vez quería probar con el resto de papel de una pared que M y yo nos atrevimos a colocar hace unos años.
Y con él (el papel, y también M por allí cerca) y una mañana luminosa de domingo, esto fue lo que hice: