Revista Literatura

¿La meseta del suficiente te impide mejorar tus notas?

Publicado el 15 agosto 2012 por Migueldeluis
¿La meseta del suficiente te impide mejorar tus notas?

CC –by Nicholas T

La barrera invisible

Lo conocí por el nombre de OK plateau ~ la meseta OK. También podríamos llamarlo la meseta del suficiente. Esto es lo que me pasó.

Empecé a aprender inglés. Llegó un momento en que podía entender todo lo que leía, casi todo lo que escuchaba y hablar lo suficientemente bien para que me entendiera cualquier nativo. Era, bueno… suficiente para mí, porque de verdad que ya no necesitaba nada más. Además, la práctica, ya mejoraría, ¿verdad?

Bueno, pues casi nada. ¿Por qué?

Repetir no es mejorar

Porque llega un momento en que repetir una acción no lo mejora. Pongamos escribir a mano. Aprendes en primaria y en ese momento pasas de hacer unos palotes horribles a escribir letras reconocibles. Pero luego, repetir esas letras sólo consigues, bueno, repetir exactamente esas letras. Repetir una cosa mil veces no es practicar.

Llega un momento en el que necesitas más

Lo que pasa es que con tener una letra pasable, puedes aprobar y tú te convences de que eso es suficiente. Hasta que, de pronto, no es suficiente. Llega un momento, casi sin avisar, en el que los profesores exigen más, o tus padres exigen más o tú mismo necesitas más –como cuando llegas a la universidad y te das cuenta de que cuando escribes a toda prisa ni tu mismo entiendes lo que escribes-.

Entonces, cuando pasa eso, te puedes sentir un poco tonto. Puedes pensar: es que no lo sé hacer mejor o mejorar me va a costar muchísimo o no puedo mejorar rápido. Todos esos pensamientos son mentiras. Y hay una solución, fácil, se llama

Practicar, pero…

Fijarse lo cambia todo

Practicar no es repetir. Practicar es concentrarse en la práctica. Por ejemplo si corres y quieres correr mejor te concentras en correr, en tu respiración, en si subes las piernas, en si tus zancadas son cortas o largas, etc… Si lo que quieres mejorar es la letra te concentras en la escritura; incluso haces ejercicios difíciles como intentar hacer las letras preciosas de los calígrafos. Te conviertes en tu propio entrenador y te fijas en lo que estás haciendo.

Fijarse cuando practicas lo cambia todo. Le estás diciendo a tu cerebro:

  1. No, eso no me vale.
  2. Lo vamos a hacer mejor.
  3. No voy a aceptar ninguna excusa.
  4. Así que concéntrate en lo que haces.

Vas a por el oro, a hacerlo realmente bien, a conseguir que cuando la gente lo mire pueda decir que tienes una letra muy buena, por ejemplo, o que nadas muy bien o que tus deberes están muy limpios.

¡Adelante!


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