La muerte del patito feo

Hay experiencias que son traumáticas. Por esto, uno debe explicarle a sus hijos que los monstruos del armario son mas monos que los de Monster Inc, que los fantasmas son amiguetes como Casper, que el lobo en realidad era la abuelita y que el Rey León jamás murió “por que sigue siendo el reeeey” como dice la canción.

Hoy tuve que decir la verdad. Sin rodeos ni palabras suaves.

Toda madre que ostente dicho título sabe que además de la cesta básica para el recién nacido uno no puede vivir sin dos cosas: los patitos de plástico y las toallitas. Mientras los niños van creciendo estos dos artículos se vuelven más indispensables.

De normal, los patitos suelen ser muy útiles a la hora del baño para entretener a los pequeños mientras nos encargamos de que ninguna lágrima salga con el champú de toda la vida. No obstante, para mí, los patitos son vitales para la operación pañal.

La Critter está en la fase de movimiento absoluto. No hay forma ni incluso tortura china que ayude a mantenerla quietecita boca arriba. No señor. Empiezan los giros, los gritos, las mordidas, la vuelta pa arriba, el intento suicida de tirarse de la cama, otro grito, el leotardo fuera, la niña desnuda, las toallitas inalcanzables. Momentazo que doy gracias se repite sólo dos veces al día por que la bestia es estriñida. Da igual el zumito de naranja o la doble ración de pera.

Ahora bien, desde que descubrí que los patitos deben salir de la bañera todo es mas llevadero.

Patito- quack quack- ¿cómo hace el PA-TO? Mientras en una mano zarandeo el quack-quack, la otra toca en el violín las 4 estaciones de Vivaldi  mientras saca pañal sucio, limpia culete, deja pañal a un lado, restriega toallitas para quitar todo rastro chocolatoso, pone cremita- QUACK QUACK- despliega pañal nuevo, cierra body- PA-TOooo es abducido por una manita, risitas, PATO ES ARROJADOOOOOOOOO.

Patito ha volado. ¿Pero desde cuando los patos de plástico vuelan?

Critter llora y justo cuando amenzaba a desatarse el movimiento incontenible su linda manita rechoncha alcanzó a Paaatoooo. Unas risitas. ¡Fiuf! Todo vuelve a la tranquilidad. Madre sudando la gota gorda está a punto de terminar la operación cuando baja las piernecitas de la posición “rana” de la hija y se da cuenta que ese patito reluciente amarillo ha sufrido la Metamorfosis de Kafka.

Ha nacido el Patito Feo. El pañal sucio se había quedado abierto. Haga usted su propia conclusión de donde fue el aterrizaje forzoso. Las madres perfectas hubiesen lavado y restregado con cepillo de dientes y lejía el pobre pato. En mi reino no hay cisnes y hoy el patito feo ha muerto. Sin mas. A la basura. Sin palabras lindas ni rodeos.