Unas personas prefieren más algo visual, otras necesitan el tacto, palabras especiales que les animen, un fetiche, un juego entre dos imaginando ser otros y haciendo cualquier cosa menos lo que son a diario, lo que sea que les resulte especial, pero yo, sin duda, me quedo con los sonidos, con los gemidos, los suspiros, los gruñidos, a veces pequeños quejidos, palabras a duras penas murmuradas mientras el deleite aumenta. Miradas en silencio. Y tú, siempre tú.
La intimidad y la confianza ayudan mucho a que el sexo sea más placentero, el saber hasta dónde puedes llegar, qué puedes pedir... cuanto más conoces a tu pareja, más sabes donde tocar, donde dejar los besos, donde perderte un rato, donde buscar... donde abandonarte. No se me ocurre forma más sencilla y natural de conectar con el otro, ni más dulce...
El sexo, ése del que a la gente le cuesta hablar y siente siempre vergüenza, es de lo mejor que nos ha regalado la naturaleza. ¿Por qué entonces es siempre un tema tabú? ¿Algo de lo que no se habla, no se cuenta, no se dice que se desea, que se necesita?
¿Por qué tantos prejuicios con algo tan natural, algo que nos hace además ser un poco más felices, algo que da rienda suelta a la parte más bonita de nosotros, algo que nos mantiene vivos como especie? ¿Por qué tantos prejuicios con algo que nos ha traído a ti y a mí aquí?
Lo que me queda claro, después de los años, es que es y será algo que siempre dará que hablar... :D o no...