(The Slow Regard of Silent Things)
de Patrick Rothfuss
Traducción de Gemma Rovira
La Universidad, el bastión del conocimiento, atrae a las mentes más brillantes, que acuden para aprender los misterios de ciencias como la artificería y la alquimia. Sin embargo, bajo esos edificios y sus concurridas aulas hay un laberinto de túneles antiguos, de salas y habitaciones abandonadas, de pasillos serpenteantes y semiderruidos…
La Subrealidad. Allí vive Auri.
Tiempo atrás fue alumna de la Universidad. Ahora cuida de este otro mundo, para ella acogedor, maravilloso, en el que podría pasarse la eternidad mirando. Ha aprendido que hay misterios que no conviene remover; es mejor dejarlos en paz y a salvo. Ya no se deja engañar por la lógica en la que tanto confían en lo alto: Auri sabe reconocer los sutiles peligros y los nombres olvidados que se ocultan bajo la superficie de las cosas.
Creo que esta reseña va a ser un poco distinta a lo habitual, ya que este libro ha sido un poco distinto a lo habitual. De hecho, creo que ni siquiera podría considerársele novela: es más bienun relato (muy) largo, de unas 120 páginas. Sí, tal vez para tratarse de un relato es un poco largo, pero teniendo cuenta que el autor es Patrick Rothfuss, no creo que la extensión sorprenda a nadie.
Reencontrarme con la maravillosa prosa del autor ha sido todo un placer. Hace casi tres años que leí su segunda novela y, a pesar de que he leído también su cuento no-infantil, echaba de menos disfrutar de sus letras en todo su esplendor. Huelga decir que no me ha decepcionado en absoluto: es un estilo tan cuidado como al que estamos acostumbrados, impregnado de la personalidad tan característica de Rothfuss, a pesar de que esta historia sea tan distinta a los anteriores.
Y es que, a pesar de que prácticamente no aparecen otras personas, el libro está lleno de personajes muy poco habituales: objetos. Sí, habéis leído bien: objetos. Y no, no me refiero a los objetos parlantes típicos de Disney, sino a objetos comunes y corrientes en los que Auri, siendo tan especial como es, logra ver los distintos aspectos de su personalidad: sus miedos, sus alegrías, y también las cosas que les molestan. Una clara muestra de la genialidad de Patrick Rothfuss es el hecho de que estos objetos inanimados casi parezcan mejor caracterizados que los personajes de muchas otras novelas.
Como punto negativo, que en realidad no lo es tanto, tengo que decir que no creo que La música del silencio funcione demasiado bien como libro independiente para aquellos que no estén familiarizados con la trilogía. Es en realidad un libro para seguidores, para quienes ya conozcan (y tal vez adoren) al personaje de Auri, por lo que no recomiendo leerlo hasta después de El temor de un hombre sabio. Algo que quiero destacar también es que este no es un libro para todo el mundo, y el mismo autor advierte de ello tanto en el prólogo como en la nota final: aunque sean seguidores de la trilogía, no todas las personas disfrutarán igual de este libro.
Si sois de los que la encuentran desconcertante o decepcionante, os pido disculpas. La verdad es que, seguramente, no era para vosotros. Por suerte, ahí fuera hay muchísimas historias más que fueron escritas precisamente para vosotros. Historias con las que disfrutaréis mucho más.Esta historia es para todas las personas un poco dañadas que hay ahí fuera.
Así pues, aunque este no sea un libro para todo el mundo, si tienes la suerte de que sea para ti, te garantizo que lo disfrutarás enormemente. Desde luego, pocos libros han logrado impactarme, enamorarme y maravillarme en tan pocas páginas. Sin embargo, si no crees que sea tu caso no te preocupes: la historia no es demasiado relevante dentro de la trilogía, salvo que sientas especial interés por el personaje de Auri.
Lo mejor: La prosa del autor.
Lo peor: No gustará a todos.
Te gustará si... echas de menos la magia de las palabras de Rothfuss.