Aquel que alguna vez, ha dejado de lado la vorágine de la vida cotidiana y se ha detenido un instante a contemplar la perfección de la vida, ha tenido la dicha de contemplar la maravillosa obra arquitectónica de la naturaleza, ¿Que artilugios secretos logran tal magnificencia?, creo que jamás lo sabremos. El hombre se preocupa más por su afán desmedido de engrosar su propio acopio material y ganar sus luchas intestinales con su prójimo que el de tratar de estar en armonía con la naturaleza.