Cuando entró la policía, encontró a una mujer hincada, llorando inconsolable, mientras abrazaba a su esposo, que estaba muerto en el piso. Estaba tirado en un charco de sangre, cuando la separaron, vieron que ella tenía el rostro desfigurado, todo golpeado, también ella sangraba por las múltiples heridas. El esposo no tenía heridas en el rostro, sólo en las manos; sus nudillos estaban abiertos, con sangre y en medio del pecho, un gran cuchillo cebollero enterrado hasta el mango. A los lados del cuerpo, había tirados una gran cantidad de botes de cerveza vacíos, el mismo muerto expedía un fuerte olor a cerveza. Los policías mandaron llamar a una ambulancia para que atendiera a la esposa, era más impresionante ver la saña con la que fue golpeada, de cómo estaba desfigurada, que ver al mismo muerto tirado. Uno de sus ojos estaba completamente cerrado, el otro apenas estaba abierto, sus labios estaban hinchados, una de las mejillas con una herida abierta. Ella no paraba de llorar, con cada lamento escupía sangre, realmente era algo muy impresionante. Los policías la llevaron hasta el cuarto donde estaba la cocina, la sentaron, intentaron tomarle una declaración pero era imposible, ella no dejaba de llorar y no podía hablar, sólo balbucía a causa de sus heridas. A un lado de donde estaba sentada la mujer, estaba una mesa y una pequeña estufa. En la mesa había cebollas finamente cortadas, varias papas, una de ellas a la mitad cortada. Había tomates cortados, zanahorias enteras. También había una olla con agua, daba la impresión de que estaban por preparar un caldo. Uno de los policías volteó a ver a la mujer y le preguntó - ¿Pero qué has hecho madre?- La mujer lo volteó a ver y de nuevo se soltó a llorar. Los policías no necesitaban más explicación. En eso estaban, cuando llegó la ambulancia. Ayudaron a la mujer a levantarse y la sacaron, para evitar que entraran los paramédicos. Vieron cómo la subieron y cómo partía de regreso esa ambulancia, con la sirena gritando, exigiendo su paso. Los policías de nuevo entraron a la casa, se voltearon a ver y sin decirse nada adicional a lo que se dijeron con la mirada, empezaron a limpiar. Uno de ellos tomó un trapo, fue hacia el cuerpo, limpió el mango del cuchillo, mientras el otro cerraba la puerta de la casa, para después abrirla de una patada, rompiendo la chapa. Limpiaron la mesa en donde esa mujer estaba preparando la comida, dejando todo perfectamente limpio, guardando la olla, guardando los restos de comida. Unos minutos más tarde llegaron los reporteros, que siempre andaban a la caza de los hechos sangrientos, tomaron fotos y la declaración de los policías. Al día siguiente era la noticia principal, en la sección policiaca; Asalto a una casa deja un muerto y a la esposa lesionada, los ladrones mataron al esposo, cuando quiso defender a su amada, cuando era salvajemente golpeada.